Pese a la mayor libertad en este terreno, algunas prácticas como el uso de juguetes sexuales o la masturbación femenina aún están rodeados de mitos y reticencias. El análisis de Viviana Wapñarsky y Francesca Gnecchi.
En plena época de liberación sexual, hay ciertos temas de la intimidad que aún son tabú. Muchas personas sufren complejos, miedos y reticencias que echan por tierra cualquier posibilidad de disfrutar de diversos aspectos de un encuentro íntimo.
¿Cuáles son los cinco tabús sexuales que deberían dejar de serlo? ConBienestar habló de la cuestión con la sexóloga y psicóloga del Hospital de Clínicas Viviana Wapñarsky (MN: 24433) y la comunicadora especializada en Sexualidad Humana, Francesca Gnecchi.
Sexo en la edad adulta
La falta de intimidad en la vejez está relacionada a la forma en la que tendemos a ver y a mostrar la sexualidad y también la tercera edad. La sociedad relaciona el sexo con la imagen de gente joven sin disfunciones.
“Es muy gratificante y placentero el sexo en la tercera edad porque está rodeado de experiencia. Cada uno ya se conoce a sí mismo y si estás con la misma pareja desde hace tiempo ya conocés al otro. La diferencia con los más jóvenes es que hay tiempos diferentes y uno busca la calidad y no la cantidad. Al tener una expectativa de vida mayor tenemos sexo mucho más años con lo cual necesitamos enriquecerlo y buscar nuevas motivaciones”, explica Wapñarsky.
El sexo en esta etapa de la vida tiene diversas ventajas, como la ausencia del riesgo de quedar embarazada para la mujer y el disponer de más tiempo y espacio. “Es un mito que en la tercera edad no hay sexo, no se habla pero sí hay sexualidad”, señaló.
Por su parte, Gnecchi indicó que uno de los problemas que se asocia con la edad es el uso de ciertos medicamentos que pueden afectar al deseo y la posibilidad de que se experimenten cambios como la baja lubricación en las mujeres y la dificultad en la erecciones para los hombres “La vida sexual activa forma parte de la salud de las personas y hay disfrutar de la intimidad en las distintas etapas. Por lo que es bueno poder dejar de lado la vergüenza y utilizar lubricantes y también consultar con un médico para evitar la automedicación en caso de tener problemas de sequedad o falta de erección”, recomendó.
“Lo deseable es enfrentar las limitaciones sexuales sin prejuicios, habilitando permisos para gozar con placer y amor, combatiendo la timidez sobre el desempeño sexual. Si bien la fisiología sexual del adulto mayor no es igual que en su juventud, la experiencia le permitió superar muchos tabús dañinos para su integridad sexual”, indicó.
El uso de juguetes sexuales
Usar juguetes sexuales, experimentar con el sexo tántrico o el tener relaciones en un lugar distinto al habitual, entre otras, son formas de abrirse a nuevas experiencias. Es bueno el estar abierto a probar si es que se tienen ganas de hacerlo. Los hombres a veces pueden tener resistencias, especialmente con los que tienen forma de pene.
Los juguetes son una herramienta más que se puede utilizar o no. “Está bueno variar, probar y elegir. Quizá primero intentar con cosas más sencillas y luego pasar a más complejas. Hay mucha variedad, desde la estimulación vaginal, anal o clitoriana”, afirmó Wapñarsky.
“Un tema fundamental es el escucharse. Muchas veces las parejas no hablan de lo que les gusta y lo que no por miedo a lo que va a pensar el otro. Pareciera que no es tabú tener sexo, pero sí hablar del tema. La falta de comunicación pasa a ser uno de los principales problemas en sexualidad”, advirtió Gnecchi.
Sexo anal
En este caso, el tabú no se presenta solamente porque se lo relaciona con la homosexualidad sino también porque se vincula con un lugar de poca higiene. “Todo lo que se hace con placer y ganas es agradable. Todos podemos practicarlo, no es privativo de las personas gays”, aseveró Wapñarsky.
La sexóloga explicó que para que genere placer primero tiene que haber un acuerdo mutuo entre los miembros de la pareja. Señaló que es importante la relajación y la lubricación que puede lograrse con cremas y geles. «El esfínter anal es más tenso que el canal vaginal, por eso a los hombres les da mayor placer en la fricción del pene», explicó.
Eso sí, por más que no haya posibilidad de embarazo en esta práctica sexual es importante usar el preservativo por una cuestión higiénica y sobre todo para evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual.
Masturbación femenina
Está comprobado que la exploración de los genitales comienza desde que somos niños y es importante que los padres sepan esto y no se enojen con sus hijos cuando lo hacen. Uno puede explicarles que es algo íntimo y que no debe hacerse en público, pero no deberíamos enojarnos si los vemos explorando sus cuerpos tanto si son nenes como nenas.
“La masturbación es importante para ambos sexos y es una de las primeras cosas que te preguntan cuando vas a un sexólogo. Se parte de la base de que si uno no conoce su propio cuerpo va a ser difícil disfrutar y sentir placer estando con otra persona. Para las mujeres la autoexploración siempre fue algo tabú”, explicó Gnecchi.
Es importante que quienes no lo hacen o nunca lo hicieron comiencen de a poco a conocer su cuerpo. “Como recomendación para las primeras veces uno puede empezar tocando otras zonas y no ir directamente a los genitales y a medida que se van sintiendo cómodas van avanzando”, aconsejó Gnecchi.
“Hay muchas mujeres que sienten vergüenza de sus partes íntimas o les da impresión estimularse directamente por lo que en esos casos se recomienda utilizar algún juguete sexual. Hay algunos que son de estimulación externa y al no ser tan directos permiten que la persona se sienta cómoda. Siempre digo que disfrutemos del momento y no nos presionemos, que hagamos como si estuviéramos teniendo una cita con nosotras mismas, busquemos qué cosas nos gustan cuando vamos a tener un encuentro con alguien y lo repliquemos para nosotras. Hay algunos días que vamos a estar con más ganas y otros días en los que no, por eso es bueno ir de a poco y no agobiarse”, resumió.
Eyaculación femenina
Es algo que puede suceder, pero no siempre pasa. Es decir, que algunas mujeres lo pueden experimentar mientras que otras no lo harán nunca. “No hay que tener vergüenza porque está relacionada con el placer. Es parte de lo que es el juego sexual y como se desencadena con relación al orgasmo, aquellas personas que lo tienen pueden sentir que se relajan y disfrutan”, sostuvo Wapñarsky.
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