Mitos y verdades de los alimentos congelados

Según datos aportados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Argentina se pierden o desperdician 16 millones de toneladas de alimentos por año, lo que representa aproximadamente 362 kg. per cápita. Este volumen equivale al 12.5 % de todos los alimentos que se producen en el país.
La pérdida de alimentos es la disminución en la cantidad o calidad de los alimentos a lo largo de la cadena de suministro, desde la cosecha hasta el nivel minorista, pero sin incluirlo.

El desperdicio de alimentos se produce en las etapas de distribución y el consumo.

Es muy importante, entonces, pensar qué acciones pueden hacer los consumidores para evitar desperdiciar comida.

Verdades y mentiras sobre los congelados
Se dice que una de las razones por las que se tira tanta comida son «miedos infundados» que tienen muchos consumidores sobre el uso del freezer. Hay mitos falsos que se viralizan y hacen que la gente tire la comida, en vez de guardarla y reutilizarla. Vamos a refutar algunos de esas creencias sobre el uso del freezer que producen que la gente tire comida de forma innecesaria.

– No se puede congelar después del día de compra

Mucha gente piensa que los alimentos solo se pueden congelar el día en que se compran.

Sin embargo, se puede congelar la mayor parte de los alimentos más adelante, siempre que sea antes de que se venza su fecha de caducidad. El peligro, en este caso, es que se le olvide y cuando quiera congelarlos, ya hayan caducado.

Por eso, se recomienda «congelarlos tan pronto sepa que no los va a consumir», para evitar tener que tirarlos a la basura más adelante.

Pero esto es solo una recomendación, no una obligación. Hay que pensar en el freezer como en un «botón de pausa», que nos da más tiempo para consumir los alimentos.

Una vez sacados del freezer, se recomienda descongelar despacio, preferiblemente en la heladera durante la noche, para reducir el riesgo de que crezcan bacterias dañinas.

Esto se debe a que cuanto más cálida sea la temperatura, más activas están las bacterias. Si se necesita consumir rápido se puede descongelar en el microondas, pero hay que comprobar que no haya trozos congelados o fríos en medio.

– No se puede volver a congelar alimentos que ya fueron descongelados.

Esta es otra creencia muy extendida. Esto es porque los alimentos que se vuelven a congelar pueden causar problemas digestivos una vez descongelados, debido a la multiplicación de las bacterias.

El truco para que esto no pase es cocinar los alimentos. Es perfectamente seguro cocinar carne que fue descongelada para elaborar un nuevo plato y luego volver a congelar ese plato para consumirlo otro día.

Hay que asegurarse de cocinar todos los ingredientes a una elevada temperatura ya que el calor extremo mata las bacterias.

Y luego esperar a que se enfríe antes de meterlo de nuevo en el freezer: si se lo congela cuando todavía está caliente, aumentará la temperatura del congelador y puede hacer que otros alimentos empiecen a descongelarse.

Una vez descongelados, los alimentos pueden guardarse en la heladera de forma segura hasta 24 horas. Los alimentos descongelados se estropean de igual forma que si fueran frescos, así que hay que tratarlos de la misma manera.

– Hay muchos alimentos que no se pueden congelar

En realidad, se puede congelar casi todo: la fruta, las papas o el pan son algunos de los alimentos que no deberían tener ningún problema, según la organización británica contra el desperdicio de alimentos Love food, hate waste.

Quizás no lo había pensado, pero otros como la palta, los frutos secos, la leche o la harina, por ejemplo, también pueden congelarse. Incluso se puede congelar el queso, con la excepción del queso blando, porque la textura se vuelve un poco rara.

Hay algunos alimentos que no está recomendado congelar: las salsas que lleven huevo, el kétchup, la lechuga y las hierbas, y algunas frutas con alto contenido en agua como el pepino o los tomates.

En el caso del arroz debería ser servido y consumido inmediatamente después de cocinarlo.

Pero si sobra una parte, hay que «enfriarlo rápido, luego ponerlo en la heladera o congelarlo si se va a consumir más de un día después». Cuando vaya a consumirlo después de congelado, caliéntelo hasta la ebullición antes de comerlo.

Una vez en el freezer ¿hay que consumirlos rápido?
Esto tampoco es cierto. La mayor parte de las bacterias sobreviven a la congelación, pero se hacen inactivas debido a las bajas temperaturas y a la falta de agua disponible.

Por esto, los alimentos pueden almacenarse en un congelador durante largos períodos de tiempo sin estropearse. Aunque su seguridad no empeora, su sabor o textura sí pueden deteriorarse debido a los daños que producen los microcristales que se forman al congelarse el agua que contienen los alimentos.

Se recomienda consumirlos «entre los tres y los seis meses» después de haber sido congelados, a no ser que las instrucciones en el paquete digan otra cosa. Pero si se pasa este período, no significa que haya que tirarlos a la basura.

Si un pedazo de carne, por ejemplo, lleva mucho tiempo congelado, lo mejor es marinarlo antes de cocinarlo, para mejorar su textura, o utilizar hierbas o especias para añadir sabor.

 

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