Esta infección es asintomática para la mayoría de las personas, lo que significa que es posible tenerla y no saberlo.
Probablemente nunca escuchaste hablar de esto, pero es más común de lo que pensás y es muy difícil de detectar. El mycoplasma genitalium es una superbacteria que se contagia por transmisión sexual. Al hacerlo, desarrolla resistencia con facilidad, algo que genera suma preocupación sanitaria.
Aunque se descubrió en los 80, en estos últimos años alcanzó su pico epidemiológico. Es una enfermedad poco habitual de ver en las consultas y que, en su diagnóstico, se puede confundir con gonorrea o clamidea.
Esta infección es asintomática para la mayoría de las personas, lo que significa que es posible tenerla y no saberlo, por otro lado, puede causar síntomas urogenitales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la consideró, en 2015, un patógeno emergente de importancia creciente.
“Es, junto con la Clamidia y el Ureaplasma, gérmenes de transmisión sexual que no presentan sintomatología florida y pasan por un flujo común”, explica a Con Bienestar el doctor Gustavo Lioy (MN 86222), jefe fertilidad y planificación familiar del Hospital Nacional Posadas.
El Mycoplasma genitalium es la bacteria autorreplicante más pequeña que se conoce, predomina en el tracto genitourinario y puede tardar seis meses en desarrollarse. No posee pared celular, lo que imposibilita su detección a través de una muestra mediante tinción de Gram (coloración empleada para la visualización de bacterias).
Puede producir uretritis, proctitis y faringitis tanto en hombres como en mujeres. También en mujeres puede derivar en cervicitis y en la enfermedad pélvica inflamatoria.
Signos y síntomas
En las mujeres puede alojarse en el aparato reproductor femenino, tanto en la vagina, el cuello del útero y el endometrio. En cuanto a la sintomatología, puede producir:
– Disuria (dificultad o dolor en la evacuación de la orina).
– Dolor pélvico.
– Inflamación uretral.
– Dolor al caminar.
– Potencial infertilidad.
– Dispareunia (dolor genital recurrente que se produce antes, durante o después del coito).
-Vejiga inflamada.
“Lo malo es que está muy asociado a la esterilidad, por lo que la pesquisa en fertilidad es obligatoria, pero como los reactivos son caros y no presenta muchos problemas, no se pide en forma rutinaria”, indica Lioy.
En cuanto al embarazo y sus resultados adversos, los pocos datos disponibles sugieren una pequeña relación con el nacimiento prematuro y el aborto espontáneo.
En los hombres, la infección puede producir
– Dolor testicular.
– Prostatitis.
– Uretritis (inflamación de la uretra).
– Secreción uretral.
– Potencial infertilidad.
– Dolor e inflamación articular.
Las complicaciones en hombres son extrañas. Puede causar artritis adquirida sexualmente y, también, epididimitis. Aunque necesite más evaluación, algunos datos sugieren una asociación con prostatitis.
Tratamiento
El tratamiento se basa en antibióticos, debido a su falta de pared celular, pocos son efectivos, entre ellos: tetraciclinas y fluorquinolonas; de más está decir que tiene que ser recetados por un profesional.
Durante el tratamiento y hasta que no se esté seguro de que la infección se haya erradicado, hay que evitar mantener relaciones sexuales para prevenir posibles contagios.
Es una «superbacteria» porque hace referencia a cepas de bacterias que son resistentes a la mayoría de los antibióticos que se usan comúnmente en la actualidad.
Para evitarla, como en otras enfermedades de transmisión sexual, se recomienda el uso de preservativos y evitar las prácticas de riesgo.
Además de esta infección descripta, también existe una más frecuente llamada Mycoplasma pneumoniae. Se transmite inhalando aerosoles y produce infecciones respiratorias, la mayoría poco determinantes.
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