Entonces, ¿es verdad que el sexo no tiene edad? Numerosas investigaciones realizadas en los últimos 20 años descartaron que la calidad de las relaciones íntimas disminuya a medida que pasan los años. La falsa creencia de que los mayores de 60 años son “asexuados” o no pueden tener una vida sexual plena y activa es realmente un mito.
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La sexóloga Viviana Wapñarsky (M.N. 24.433) le explicó a Con Bienestar que la frecuencia y la calidad de las relaciones íntimas tienen que ver con la conexión de la pareja y no, en cambio, con las hormonas propias de la edad. En ese sentido, señaló: “A lo largo de toda la vida, la sexualidad va cambiando porque van variando las necesidades de las personas y las posibilidades que tienen. Es verdad que no es lo mismo el sexo que se puede tener a los 20, 30, 40, 50 años o más que a los 70 u 80. Pero menos mal que no es lo mismo porque, dependiendo de la edad, no se quiere lo mismo. Por ejemplo, a los 20 años el sexo puede ser más intenso, desenfrenado y rápido, y a medida que vamos envejeciendo, vamos teniendo ganas de otras cosas, se va privilegiando la calidad”.
La especialista aclaró que, si bien es cierto que en el envejecimiento se van sumando distintas comorbilidades, eso no influye para nada en el deseo ni en la calidad sexual. “Siempre, sin importar la edad que se tenga, es muy importante la conexión que se tiene con el otro. Lo que sucede es que durante mucho tiempo existieron mitos en relación con el sexo en la vejez: se pensaba que los adultos mayores no tenían sexo o que si miraban a otra persona era un ´viejo verde´, por ejemplo. Todo eso ya quedó en el tiempo. Se sabe perfectamente que los adultos mayores también disfrutan de la sexualidad. Además, hay que sacar el foco de la penetración y abrirle paso al goce incluyendo a todo el cuerpo”, detalló. En ese sentido, aclaró que la conexión con la otra persona es clave para “tener buen sexo” y eso no depende de la edad.
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Para la especialista, el sexo se vuelve “más relajado” con la edad porque las personas conocen mejor su cuerpo y conectan mucho más con su pareja que en la juventud. Además, sostuvo que es necesario dejar a un lado las comparaciones, es decir, terminar con la concepción que se tenía del sexo cuando se era joven. En cambio, recomienda abrirse a nuevas experiencias y redescubrir qué cosas provocan placer y excitación en el aquí y ahora.
Por último, dio algunos consejos para poder gozar de la intimidad sin importar el paso del tiempo:
Priorizar la calidad por sobre la cantidad: En la etapa madura de la vida, el deseo sexual puede disminuir, pero cobran mayor importancia otros aspectos como la conexión con el otro, la compañía, el amor y el afecto. Además, las relaciones íntimas otorgan grandes beneficios para la salud tanto emocionales como físicos: mejoran el estado de ánimo, combaten la depresión, alivian el dolor y fortalecen el sistema inmunológico, entre otras cosas.
La importancia de la comunicación: No importa la edad que se tenga para comunicarle al otro los deseos, las ganas de experimentar cosas nuevas, las fantasías, etcétera, ya que lo más valioso es animarse a probar.
Dejar las apariencias de lado: En la adultez, la mayoría de las personas acepta su cuerpo y eso le da mayor seguridad y confianza. La apariencia no juega un rol importante en la intimidad. Con la edad, el sexo puede volverse más placentero debido al autoconocimiento y aceptación.
Animarse al autoplacer: Para aquellas personas que no tienen pareja o que quieren tener momentos personales, la masturbación es una buena herramienta para el placer.
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