Se trata de una bebida que se obtiene fermentando té verde o negro azucarado con una colonia de microorganismos de aspecto gelatinoso.
Si bien el matcha y el té chai fueron los elegidos por muchos en los últimos tiempos, la tendencia ahora en infusiones es la kombucha, una bebida fermentada con propiedades probióticas que, con sus pequeñas burbujas, constituye una alternativa 100% natural a los refrescos tradicionales.
La kombucha se elabora con la mezcla de té, preferiblemente verde o negro, y un cultivo simbiótico de levaduras y bacterias beneficiosas conocido como SCOBY (siglas en inglés de Colonia Simbiótica de Bacterias y Levaduras) u hongo kombucha, que tiene forma de torta gelatinosa, y es capaz de transformar los polifenoles del té en otros compuestos orgánicos que evitan que se desarrollen otros microorganismos.
La peculiaridad de esta combinación es que hay que dejarla fermentar entre siete y 14 días, período tras el cual se transforma en una bebida refrescante con alguna que otra burbuja y algo ácida. También se pueden obtener sabores diferentes si se añaden frutas naturales tras el proceso de fermentado.
La kombucha puede combinarse
La kombucha es una bebida 100% natural, con propiedades probióticas, ecológica, vegana y sin gluten. Las primeras noticias de la existencia de esta bebida datan del año 220 (a.C.) en Manchuria (China), durante la dinastía Tsin, donde era considerada como el elixir de la vida y de la inmortalidad.
La kombucha: beneficios y propiedades
Las propiedades de la kombucha son múltiples, aunque debemos tener en cuenta que se venden algunas pasteurizadas que no contienen ningún microorganismo vivo o productos con una cantidad excesiva de azúcar. Para obtener estos beneficios, debemos elegir una kombucha con microorganismos vivos o, aún mejor, prepararla en casa.
Es digestiva: gracias al efecto de las bacterias beneficiosas que refuerzan la microbiota. También contiene una variedad de ácidos orgánicos con propiedades antiinflamatorias.
Es antioxidante: la bebida conserva los polifenoles del té verde o del té negro con que se prepara. Los estudios indican que los bebedores de té verde tienen un riesgo menor a la media de sufrir cáncer de próstata, de pecho y de colon.
Protege el hígado: estimula las enzimas hepáticas que inactivan y eliminan compuestos tóxicos. Reduce su toxicidad hasta en un 70 por ciento.
Refuerza el corazón: reduce los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta los del bueno (HDL).
Mejora el metabolismo de los azúcares y el funcionamiento de los riñones. Los bebedores habituales de este té tienen un riesgo un 18% menor de desarrollar diabetes.
Otros beneficios de la kombucha
Reduce la presión arterial.
Alivia los síntomas de la artritis y la gota.
Ayuda a equilibrar la flora intestinal y regula su actividad.
Es aliada contra las hemorroides.
Ayuda en casos de asma y bronquitis.
Minimiza los dolores de cabeza.
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