Cáncer de colon: prevenirlo a tiempo es la clave

El diagnóstico en su etapa inicial posibilita alcanzar mejores resultados en los tratamientos disponibles y un alto índice de curación.

El cáncer de colon es el tumor más frecuente del aparato digestivo y ocupa el tercer lugar en ambos sexos, detrás del cáncer de mama y útero-cérvix en la mujer, y del cáncer de pulmón y de próstata en el hombre. De acuerdo a datos publicados por el Instituto Nacional del Cáncer, se trata de un tumor común y letal que ocupa el segundo lugar en mortalidad por cáncer en ambos sexos. Pese a ello, es un cáncer de crecimiento lento y que, en la mayoría de los casos, se desarrolla de una lesión precursora (pólipo). La misma puede ser detectada tempranamente a través de procedimientos endoscópicos, lo cual la convierte en altamente prevenible y curable en sus estadios tempranos. Es importante destacar que, cuando se habla de pólipo, la mayoría de los originados en el colon son hiperplásicos y no guardan relación alguna con el cáncer de colon, a diferencia de los adenomatosos, los cuales pueden desarrollar cáncer es porcentajes variables dependiendo de su composición celular.
El cáncer colorrectal tiene lugar cuando existen células malignas en el intestino grueso. (Sanatorio Allende)

El tamaño del pólipo es un punto a considerar, ya que los que tienen más de 2 cm de diámetro pueden presentar zonas con cáncer, desarrolladas o en desarrollo.

El cáncer colorrectal tiene lugar cuando existen células malignas en el intestino grueso, segmento final del tubo digestivo, el cual consta de una parte inicial, denominada colon, y de una parte final, el recto. Cualquier individuo, sin diferencia de sexo, puede experimentar este cáncer, sin embargo, existe un grupo de personas que presenta mayor riesgo a desarrollarlo. Si bien los adultos jóvenes pueden padecerlo, las probabilidades se incrementan con la edad, siendo más frecuente luego de los 50 años y al presentar antecedentes familiares de cáncer colorrectal o personales de este u otros tipos de cáncer asociados. Síndromes hereditarios ligados a esta enfermedad (como el síndrome de Lynch o poliposis múltiple familiar), factores vinculados al estilo de vida (obesidad, tabaquismo, inactividad física, consumo excesivo de alcohol, etcétera.), y antecedentes de enfermedades especificas (Colitis Ulcerosa Idiopática o enfermedad de Crohn) son factores que también aumentan las posibilidades de aparición de este cáncer.

En la mayoría de los casos, al comenzar como un pólipo, puede resultar asintomático en su etapa inicial, razón por la que cobran importancia las pruebas de detección.

Cambio en los hábitos intestinales, diarrea, estreñimiento o sensación de que el intestino no se vacía completamente, anemia de origen desconocido, materia fecal con sangre, pérdida de peso inesperada, debilidad o fatiga, y cambio de calibre de la materia fecal pueden ser algunas de sus manifestaciones. Sin embargo, cuando estas aparecen resultan inespecíficas, pudiendo atribuirse a otras patologías. Por esta razón, es prioritaria la consulta médica ante alguno de estos signos.
Cualquier persona sin distinción de sexo puede experimentar este tipo de cáncer.

Si el paciente es mayor de 50 años, presenta factores de riesgo o alguno de los síntomas mencionados anteriormente, existen diferentes métodos diagnósticos destinados a la detección del cáncer colorrectal. Se solicitarán diferentes pruebas para detectar sangre oculta en heces, videosigmoidoscopía o colonoscopía (estudios invasivos que permiten observar un segmento o la totalidad del colon a través de un tubo flexible con un sistema óptico) y colonoscopía virtual (método de diagnóstico por imágenes que permite reconstruir el colon y el recto a partir del uso de la tomografía).

En el caso de que el paciente haya sido diagnosticado de cáncer de colon, es importante saber en qué estadio se encuentra, es decir, si sólo se localiza en el colon o si se ha diseminado, ya que de esto dependerán los diferentes tratamientos a seguir y el pronóstico de la enfermedad.

Diagnosticar el cáncer de colon en su fase inicial posibilita alcanzar mejores resultados en los tratamientos disponibles y un alto índice de curación. (Sanatorio Allende)

Para llegar a ello, se recurre a diferentes métodos diagnósticos, tales como tomografía y resonancia magnética, entre otros. Luego de su detección, el médico le explicará al paciente las diferentes opciones de tratamiento. La cirugía es, por lo general, el procedimiento principal para este tipo de cáncer. Por su parte, la quimioterapia utiliza drogas específicas para el tratamiento de las células cancerosas y puede ser utilizada antes o después de la cirugía, dependiendo de la situación de la enfermedad. Por último, y no por ello menos importante, la radioterapia es una opción que se basa en el uso de terapias radiantes aplicadas directamente sobre las lesiones. Cualquiera sea el estadio de la enfermedad, será abordada por un equipo multidisciplinario formado por cirujanos especialistas, oncólogos, radioterapeutas y demás especialistas pertinentes.

El pronóstico depende, en gran parte, del momento en el que se realiza el diagnóstico y de lo avanzada que se encuentre la enfermedad. La curación del cáncer colorrectal es elevada (alrededor del 90%) cuando el mismo se encuentra localizado.

Diagnosticar el cáncer en su etapa inicial posibilita alcanzar mejores resultados en los tratamientos disponibles y un alto índice de curación. Es importante que, a partir de los 50 años, tanto hombres como mujeres, y pese a no presentar síntomas, se efectúen chequeos médicos de forma periódica. La aplicación de métodos de rastreo en población general y la detección temprana de esta enfermedad salvan vidas.

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