Por qué el skincare casero no es una buena idea

En el Día del Dermatólogo, recordamos las razones por las cuales es mejor pedir el consejo de profesionales capacitados para armar planes personalizados y seguros.

La salud está de moda y, si bien eso es una gran noticia para que aprendamos a cuidarnos mejor, también es importante cerciorarnos de que nuestras fuentes de información sean confiables. Lo indicado, siempre, es consultar con profesionales que estén capacitados para aconsejar sobre los diferentes aspectos de nuestro bienestar.

Los influencers se consolidaron gracias a las redes sociales, donde brindan consejos sobre moda, productos, servicios y cuidado personal. En este último punto en particular, tenemos que estar atentos. La gran mayoría de ellos no son médicos certificados y, por lo tanto, sus recomendaciones deben tomarse con mucho cuidado.

// Los peligros de los tratamientos estéticos que se ofrecen libremente en internet
El 5 de febrero se celebra el Día del Dermatólogo, en la Argentina. En esta fecha, es bueno recordar que son éstos los profesionales que pueden armar planes personalizados para cada uno y darnos especificaciones sobre los cuidados que debemos tener con la piel, nuestro órgano más extenso y más sensible.

Cada persona es única y, por lo tanto, también lo es su piel. Por eso, la rutina que le sirve a uno puede ser totalmente perjudicial para otro. Hay que tener en cuenta un conjunto de factores como el contexto, la alimentación o la genética, que sumados determinan qué necesitamos. Por lo que antes de gastarnos fortunas en productos de moda, que incluso nos pueden perjudicar, lo mejor es consultar con un experto en dermatología.

Algunos influencers recomiendan cosmética natural o casera que comercializan emprendedores. Debemos tener en cuenta que puede que se trate de productos que no han sido aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), se desconoce su origen y tampoco hay disponibles mayores precisiones de las proporciones de los activos que los conforman.

El uso de estos productos caseros sin aval médico puede causar reacciones alérgicas, quemaduras, cicatrices, dermatitis, infecciones, irritación y manchas.

“Se utiliza lo ‘natural’ porque se lo considera unívocamente bueno e incapaz de hacer daño. Lo cierto es que, por ejemplo, cítricos como el limón si bien son famosos por sus beneficios despigmentantes, y por ser una importante fuente de vitamina C y con propiedades blanqueantes, resultan ser sensibles a la luz, con lo cual, en contacto con fuentes como el sol, pueden generar manchas y quemaduras”, advierte la ingeniera biomédica Cecilia Molas, CEO de BTL Aesthetics. Sucede lo mismo con el aceite de oliva, uno de los cosméticos naturales estrella, que puede obstruir los poros.

¿Cuándo acudir al dermatólogo?
Lo adecuado es visitar al especialista en dermatología cada vez que se tiene una duda o un problema en la piel. Con la telemedicina como una herramienta cada vez más accesible, lo mejor es pedir un turno y hacerle las preguntas pertinentes.

Ahora bien, hay algunos signos de alarma que no hay que dejar pasar. Por ejemplo, si aparecen lesiones dolorosas e incómodas tales como nódulos inflamados, llagas o forúnculos en áreas donde crece el vello (ingle, axilas y/o entre los glúteos) o donde una parte de la piel se roza con otra (como entre los muslos o bajo los senos en las mujeres).

Estos síntomas pueden esconder una hidradenitis supurativa (HS), una enfermedad crónica que puede afectar a la calidad de vida. Aunque no existe cura, sí hay diferentes formas de tratarla.

 

El acné es otra de las enfermedades por las que es importante acudir al dermatólogo. El especialista puede darnos pautas generales de alimentación, higiene y manipulación de lesiones que si no se llevan a cabo de forma adecuada pueden empeorar y dejar cicatrices.

Por otro lado, hay que ir al especialista en el caso de que se detecte alguna anormalidad en los lunares. Si bien la mayoría de ellos son inofensivos, algunos pueden derivar en un cáncer de piel.

De hecho, por ello se aconseja acudir al menos una vez al año al dermatólogo para que se encargue de chequear si hay alguna mancha en el cuerpo que merezca atención. Para saber cuándo consultar por un lunar podemos seguir la regla del ABCD:

A = Asimetría.
B = Bordes irregulares o mal definidos.
C = Color heterogéneo.
D = Diámetro mayor a 6 mm.
E = Evolución, cualquier cambio en el tamaño, forma, color o la aparición de algún signo como sangrado, ulceración o la referencia de dolor deben ser considerados signos de alerta.
Tratamientos dermatológicos adecuados
Además de los remedios caseros, un capítulo aparte merece el uso de tecnología en forma inadecuada. Cada vez hay más gente que acude a lugares que no están habilitados para brindar tratamientos estéticos, y tampoco cuentan con profesionales certificados.

En el mercado, hay disponibles máquinas que realizan radiofrecuencia o depilación láser y hay que conocer cuáles son las que están permitidas.

Por ejemplo, un peeling mal realizado puede llegar a quemar la piel, dañarla de forma irreversible y dejar cicatrices permanentes. No es el único caso. En manos no expertas, la depilación definitiva puede llegar a producir quemaduras muy importantes en todo el cuerpo.

“Es fundamental cuando una persona va a consultar a un centro tomar recaudos, buscar médicos referentes, tratar de ver lugares que estén funcionando como corresponde y que sean serios. No podemos ir a cualquier lado. Recordemos que todo tratamiento muy económico puede terminar saliendo caro”, alerta el doctor Mario Fuks (M.N 69.704) a Con Bienestar.

Mario Fuks, dermatólogo
No podemos ir a cualquier lado. Recordemos que todo tratamiento muy económico puede terminar saliendo caro

Fuks destaca que los médicos llevan a cabo formaciones organizadas por el Ministerio de Salud o entidades habilitadas para poder ejercer y saber cómo utilizar la tecnología, porque si no se convierte en algo dañino, y por ejemplo, “un láser es un arma”.

“Tanto el centro como los equipos que se ofrecen tienen que contar con la certificación de la ANMAT correspondiente. Con el boom de los tratamientos, en muchos casos ingresa al país aparatología sin ninguna certificación. Si son equipos importados, es relevante que tenga la certificación de la FDA, lo que significa que cuenta con una evidencia científica sólida que respalda los resultados y la seguridad de los pacientes”, indica Molas.

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