Se trata del producto más elemental, pero que si no se pone de manera adecuada puede estropear el resto del look.
La base es uno de los pasos de maquillaje básicos de cualquier look porque se encarga de ser el «lienzo» sobre el que van a ir el resto de las pinturas. Tiene la función de mejorar el aspecto del rostro, disimular imperfecciones y aportar luminosidad, es decir, ser una segunda piel.
Pese a que se trata de uno de los elementos más fundamentales a la hora de maquillarse, la base no siempre se aplica de manera adecuada. La forma en la que te la ponés puede suponer la diferencia entre un gran acierto o un completo fracaso.
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Estos son los cinco pasos para aplicarte la base de forma correcta:
1. Prepará el rostro
Para que el producto se fije correctamente en la cara, previamente debés cuidar la piel. Por eso es importante limpiar el rostro (para remover impurezas y toxinas) y luego hidratarlo (la sequedad tapona los poros evitando la oxigenación). Eso sí, en este último caso es mejor usar una crema ligera, porque las densas tardan más en absorberse y provocan grasitud que impiden que la base permanezca.
2. Elegí el tono correcto
Para que se vea natural es necesario que el tono que usás sea idéntico al de tu cara. Si querés lucir menos pálida, la respuesta no está en una base más oscura, sino en aplicar polvos bronceadores.
El tono adecuado se consigue al probar el producto directamente en la cara, en un lateral, y no en el antebrazo. Acordate de cambiar el color de invierno a verano si tomaste calor por el sol.
3. Aplicación
Los expertos recomiendan poner la base con los dedos porque así podés controlar mejor la intensidad y cantidad de producto que utilizás. No obstante, si preferís extender el producto con una brocha realizá movimientos en el mismo sentido, de arriba a abajo, rápidos y casi sin tocar el rostro.
Empezá en la zona T de la cara: frente, nariz y barbilla y luego seguí en las mejillas.
4. Corregí
Una vez te apliques la base, revisá que todo el producto está en su lugar. Luego, agregá una segunda capa algo más clara (pero parecida al tono de piel) fuera de la zona T. Extendelo para que se funda con la primera, procurando crear luces, sombras y volúmenes de forma natural.
Para cubrir las imperfecciones, usá el corrector en las pequeñas marcas, manchas o los granitos y la zona de las ojeras. En este último caso es mejor usar un tono un poco más oscuro para evitar el efecto mapache. También podés agregar polvos compactos para sellar y rebajar el brillo en ciertas zonas.
5. Cerrá con el toque final
Una vez ya quede perfecta la base, vaporizá agua termal o un fijador de maquillaje en el rostro para que se asiente mejor el producto.
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