Las personas que tienen mayor riesgo de complicaciones son los chicos, los adultos mayores, y aquellas que tienen enfermedades crónicas y requieren medicación diaria.
Estamos ante la primera ola de calor de la temporada. Días a pleno sol y de mucho calor se vive hoy en Capital Federal y sus alrededores, y se extenderá así durante el fin de semana.
“Con este clima agobiante, llegan los golpes de calor, que consiste en el aumento de la temperatura del cuerpo por una exposición prolongada al sol, lo que se conoce como insolación; o por realizar ejercicios en ambientes calurosos o con poca ventilación, al punto que el cuerpo pierde agua y sales esenciales para su buen funcionamiento”, aclara Ariel Guerrero (M.N. 83.224), médico clínico consultado por Con Bienestar.
Este tipo de malestar puede afectar a personas de cualquier edad, pero los grupos de mayor riesgo son los chicos, que no manifiestan sus síntomas con facilidad, y las personas mayores de 65 años. Al tratarse de las primeras olas de calor del año, es necesario estar preparado y saber cuáles son los signos de alarma y cómo actuar ante los mismos.
Algunas señales, son:
Temperatura del cuerpo 39°C – 40°C o mayor (medida en la axila).
Piel roja caliente y seca (se agota la transpiración).
Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
Dolor palpitante de cabeza.
Alteración del estado mental y del comportamiento: vértigos, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
Convulsiones.
“Previamente, se presenta un agotamiento por calor, en el que quien lo sufre padece síntomas tales como sudoración excesiva, piel pálida y fresca, sensación de calor sofocante, sed intensa y sequedad en la boca, mareos o desmayo; sed intensa; calambres musculares, cansancio o debilidad; dolores de cabeza, o de estómago e irritabilidad que se manifiesta con un llanto inconsolable en los más pequeños”, puntualiza el médico.
¿Cómo podemos auxiliar en estos casos?
Es importante actuar rápidamente. En primer lugar, se debe intentar bajar la temperatura del cuerpo de la persona afectada, con hielo o con un baño en agua helada.
Además, es importante ofrecerle a la persona agua fresca (o incluso agua con una cucharadita de sal) para beber, trasladarla a un lugar fresco y ventilado, no administrar medicamentos antifebriles y no friccionar la piel con alcohol.
Mejor prevenir
Tomar abundante agua durante el día; consumir alimentos frescos, como frutas y verduras; evitar las bebidas alcohólicas y azucaradas e infusiones calientes; vestir ropa de colores claros; utilizar protector solar; y evitar la exposición al sol entre las 11 y las 16, son algunas recomendaciones del doctor Guerrero.
En el caso de los bebés, es conveniente ofrecer el pecho de manera más frecuente, mantenerlos en lugares frescos y ventilados, bañarlos y mojarlos, vestirlos con ropa holgada y liviana y nunca permanecer con ellos dentro de un vehículo cerrado.
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