Los cambios de temperatura traen importantes trastornos a los alérgicos. Tres alternativas para contrarrestarlas.
El período de otoño-invierno es una de las épocas más complicadas para todas aquellas personas que sufren de las alergias, tal como ocurre en primavera y las variaciones climáticas en general. Pero por estos días, con la llegada del frío, los alérgicos empiezan a sentir casi de inmediato como su nariz empieza a gotear y los estornudos no dan tregua.
Si bien existen diferentes causas y cuadros, la alergia puede definirse como una reacción exacerbada del sistema inmunitario a una sustancia que su cuerpo identifica como invasor, al cual se le llama alérgeno. Ante esta presencia, el organismo genera anticuerpos que producen histamina, agente responsable de los síntomas que producen malestar.
Entre los signos de alergia más habituales se encuentran congestión y secreción nasal, estornudos, picazón de ojos, dolor de garganta u oídos, y cansancio, y advierte que, ante la sospecha, se debe acudir al médico, quien indagará en los síntomas y ordenará exámenes necesarios para poder determinar el alérgeno al cual reacciona cada cuerpo. Una vez establecido el alérgeno, lo principal es tratar de evitar la exposición y tomar algún antihistamínico para mejorar y aliviar las molestias, aunque en algunos casos puede requerirse inmunoterapia (vacunas).
“Al principio, es posible que creamos que agarramos un resfriado, cuando empezamos a estornudar y sentimos que la secreción nasal no nos deja en paz; pero realmente es una alergia. Estas reacciones se manifiestan de forma similar a un resfriado, pero hay diferencias: los estornudos son muy seguidos, hay picazón en nariz, ojos y garganta y todos los síntomas ocurren de una vez”, explicó la Dra Valeria El Haj, Directora Médica de Vittal.
En este sentido, la profesional comentó que “el cuadro alérgico más frecuente, la Rinitis alérgica, se caracteriza por afectar la nariz y se produce cuando se inhala polvo, polen y ácaros, entre otras causas”.
Los primeros signos suelen ser picazón en la nariz, la boca, los ojos, la garganta, la piel o en cualquier área; problemas con el olfato, Rinorrea (que es la secreción liquida por la nariz), estornudos y ojos llorosos; mientras que los síntomas que se desarrollan posteriormente abarcan nariz tapada (congestión nasal), tos, oídos tapados y disminución del sentido del olfato, dolor de garganta, hinchazón debajo de los ojos, fatiga e irritabilidad y dolor de cabeza.
Al momento de combatir a las alergias estacionales, las pruebas cutáneas son el método más común, acompañándose de un examen de laboratorio (hemograma) para determinar la IgE, que es el estudio de la inmunoglobulina E alérgeno-especifica, que mide la concentración de distintos anticuerpos producidos por el sistema inmunológico para proteger al cuerpo. Y también se aplica este método para detectar los niveles de eosinofilos.
Recomendaciones para tratar las alergias estacionarias:
Los corticoesteroides nasales en aerosol son el tratamiento más efectivo para la rinitis alérgica.
Los antihistamínicos funcionan bien para tratar síntomas generales que no suceden muy a menudo o no duran mucho tiempo.
Las vacunas contra las alergias (inmunoterapia) se recomiendan si la persona no puede evitar el alérgeno o si los síntomas son difíciles de controlar.
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