Por un lado es una disciplina que pone en movimiento el cuerpo con las asanas que le dan flexibilidad y tonicidad y por el otro, apela al control de la mente a través de la meditación.
El mundo de hoy está lleno de distracciones. Nuestra mente y nuestro cuerpo están permanentemente en una carrera para satisfacer nuestras necesidades y deseos.
Todos buscamos la paz y la relajación pero nos cuesta encontrarla porque nuestra mente está ocupada con tantos pensamientos y preocupaciones que terminamos cada día extenuados, inquietos y ansiosos. A veces te parece que nada sirve, ni un encuentro con amigos, ni una buena comida, ni un partido de fútbol, no te ayuda una ronda de cervezas, ni el asado del domingo, ni siquiera irte de vacaciones. ¿Por qué no te podés desconectar, por qué tu mente está llena de pensamientos que te quitan el sueño y no te dejan bajar los cambios que necesitás para relajar?
En mi experiencia, cuando la mente grita por la paz y el cuerpo exige energía y relajación, la mejor respuesta posible es el yoga. Cerrar los ojos, respirar profundo, mover suavemente el cuerpo y meditar.
Te cuento de qué se trata y por qué hacer yoga y meditación combinadas es una buena decisión para estar mejor.
El yoga es la unión de mente cuerpo y espíritu. Al practicar las posturas o asanas de esta disciplina muy antigua que se inició en la India y luego llegó a occidente de la mano de Yogananda en California, cada ser humano puede dominar su mente, su cuerpo y su alma.
Por un lado es una disciplina que pone en movimiento el cuerpo con las asanas que le dan flexibilidad y tonicidad y por el otro, apela al control de la mente a través de la meditación.
Dos veces al día, al amanecer y al atardecer, cuando la energía está naciendo y cuando empieza a declinar, estamos más predispuestos a hallar la calma y la paz que necesitamos a través de la práctica de meditación. Es simplemente sentarse con los ojos cerrados a respirar, dejando que los pensamientos fluyan. En cierto momento de esta práctica constante se llegará un estado de claridad mental, concentración y tal vez, de iluminación. Así, quien medita puede lograr un aumento espiritual en conciencia, fuerza y seguridad.
Empezás a escucharte a vos mismo, a conocerte más y así a saber para dónde vas. Con la práctica de la meditación todo se te hace mas fácil. Empezás a fluir en armonía con los ritmos naturales del universo, el camino simplemente se va mostrando y solo tenes que caminar y seguir una línea.
El yoga no es un deporte, es una disciplina espiritual. Es muy importante combinar el yoga tres veces por semana con la meditación diaria. Aunque hagas solo unas pocas asanas y unos diez minutos de meditación.
También, acompañalo de una buena dieta baja en proteínas y baja en carbohidratos. Comé legumbres hortalizas, frutos secos, cereales, trigo salvado. La dieta vegana sería la mejor opción;si no se puede, que sea vegetariana; si tampoco te convence entonces probá consumir un poco menos de proteínas animales. Así tu organismo va a estar más predispuesto para practicar yoga y meditación y finalmente enfocarte en el aquí y ahora, la única manera de encontrar esa paz que tanto estás buscando.
(*) Coach empresarial, grupal y personal, especialista en desarrollo personal y profesor de yoga, director de Coaching Argentina.
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