Esta afección hace que los contenidos del estómago se devuelvan al esófgao. Seguí estos consejos para prevenirla.
El reflujo gástrico se produce cuando el músculo esfínter, que se encuentra en la parte inferior del esófago, se relaja en el momento incorrecto. Esta afección puede irritar el tubo de deglución y causar acidez, entre otros síntomas.
Cuando comés, el alimento llega al estómago a través del esófago, en cuya parte inferior hay un anillo de fibras musculares que impide que la comida ingerida vuelva a subir. Si no se cierra bien, se produce el reflujo o reflujo gastroesofágico.
Si tenés estos síntomas más de dos veces por semana, es posible que padezcas reflujo:
1. Sensación de ardor en el pecho o la garganta.
2. Gusto agrio en la parte posterior de la boca.
3. Dolor en el pecho.
4. Tos seca.
5. Dificultades para tragar.
6. Ronquera o dolor de garganta.
7. Regurgitación de los alimentos.
8. Sensación de nudo en la garganta.
No dejes de consultar con un especialista ante la aparición de estas señales.
Si no se trata, el reflujo puede conducir a problemas de salud más serios. Los expertos en medicina afirman que podés mejorar los síntomas si:
– Evitás las bebidas alcohólicas y las comidas muy condimentadas, muy grasosas o ácidas.
– Comés porciones más chicas en las comidas.
– No te acostás inmediatamente después de comer.
– Elegís una vestimenta más holgada.
– Perdés peso (en el caso de ser necesario).
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