Leucemia Mieloide Crónica: Lo que hay que saber sobre su nuevo tratamiento

 

Los especialistas destacan que el éxito de la terapéutica se basa en la consulta temprana ante los primeros síntomas, en la adherencia de los pacientes y en una buena comunicación con el médico.

La leucemia mieloide crónica es una enfermedad oncohematológica que representa alrededor del 15% de todas las leucemias. El tratamiento cambió radicalmente en las últimas dos décadas gracias a la aparición de los “inhibidores de tirosina quinasa”, la proteína responsable de la proliferación desmedida de los glóbulos de la sangre, especialmente los blancos.

En Argentina, se estima que hay cerca de 3 mil nuevos casos de leucemia por año y de todos ellos se calcula que la leucemia mieloide crónica representa alrededor del 15%. Si bien es más frecuente en adultos mayores, puede aparecer en cualquier momento de la vida.

“A diferencia de la leucemia aguda, en la leucemia mieloide crónica los síntomas aparecen con el tiempo. Esta enfermedad tiene un periodo latente que varía de un individuo a otro; puede pasar tiempo sin síntomas, hasta que la enfermedad se expresa”, explicó la Dra. Alicia Inés Enrico, la jefa de servicio de Hematología del Hospital Ricardo Gutiérrez de La Plata.

Los síntomas más comunes suelen ser el cansancio, sudores nocturnos, fiebre, dolores articulares, la sensación de que le crece el abdomen (por agrandamiento del bazo) o aparición de hematomas (moretones) sin razón. Estos signos llevan a la consulta, por esto es fundamental que la persona les preste atención. El especialista realiza un análisis de sangre para detectar el aumento del número de glóbulos blancos maduros y si hay alguna alteración cromosómica denominada cromosoma Filadelfia, originada por un intercambio de material genético entre los cromosomas 9 y 22, (de ahí la fecha del 22 de septiembre instaurada como el Día Mundial)

“Es importante estar alertas porque los síntomas pueden pasar desapercibidos al inicio. A veces, la fatiga o el cansancio se atribuyen a otra causa. Además, al inicio los pacientes pueden ser más asintomáticos. Ante cualquiera de los síntomas mencionados, es recomendable realizar una consulta”, subrayó la Dra. Enrico.

La especialista señala que la prevalencia de esta enfermedad aumenta con el tiempo porque gracias a los nuevos tratamientos, los pacientes pueden vivir muchos años más y muchos de ellos tienen una vida casi normal. “Hoy un porcentaje de pacientes muy elegidos tienen una opción de dejar el tratamiento y estar sin enfermedad”, afirmó.

Antes de 2001, la leucemia mieloide crónica era una afección con un pronóstico poco alentador, ya que habían tasas de progresión muy elevadas, pero esa realidad cambió absolutamente. “Desde ese año, cuando se aprobó la primera droga de la familia de los inhibidores de la tirosina quinasa, cambió la evolución de la enfermedad. Actualmente, disponemos de varios fármacos y líneas de tratamiento para las personas diagnosticadas con leucemia mieloide crónica. Estos tratamientos van dirigidos a tratar las lesiones que se produzcan a nivel de las células”, detalló la Dra. Enrico.

Los medicamentos mejoraron significativamente los niveles de respuesta, y redujeron el riesgo de que la enfermedad evoluciona, lo que se traduce en índices de sobrevida relativa similares a los de la población general.

Además, es fundamental que se aborde la enfermedad desde varias disciplinas. Desde el momento en que se hace el diagnóstico, es recomendable la consulta con un cardiólogo especializado en afecciones oncohematológicas y con un psicólogo, ya que puede ser de gran ayuda para sobrellevar tanto el impacto del diagnóstico como el tránsito con la enfermedad.

Para la Dra. Enrico, al ser una enfermedad crónica, “la calidad de vida del paciente es fundamental. La persona tiene que estar informada para poder decidir y, en ese sentido, hay dos aspectos centrales: el diálogo y la confianza entre el médico y el paciente y el acercamiento a las organizaciones de pacientes que están preparadas para acompañar en otros aspectos vinculados a la enfermedad”.

Por otro lado, el adecuado cumplimiento de las indicaciones que da el médico es fundamental. Según las estadísticas de la OMS, la adherencia al tratamiento a largo plazo de las enfermedades crónicas en los países desarrollados promedia 50%; en países en desarrollo, las tasas son aún menores. Es innegable que para muchos pacientes es difícil seguir las recomendaciones del tratamiento. “Es fundamental que las personas que tienen sintomatología consulten al médico y aquellos que ya están diagnosticados cumplan con las pautas de tratamiento y se realicen los controles periódicos necesarios para ir monitoreando el grado de control que se va logrando de esta enfermedad. El propio paciente tiene que saber cada cuánto tiempo le corresponden las evaluaciones médicas. En este sentido, también el rol que cumplen las asociaciones de pacientes es muy importante, porque acompañan a la persona, la ayudan y la educan sobre todo lo que tiene que saber sobre su leucemia”, concluyó la Dra. Enrico.

 

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