La palabra “cáncer” genera respeto en cualquiera que lo escuche. Es una enfermedad que se suele relacionar con la muerte, sin embargo, no todos los tipos son iguales y muchos factores, como por ejemplo la detección temprana y un estilo de vida saludable, pueden ayudar a prevenir su aparición.
Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer con la consigna “Nosotros podemos, Yo puedo”, para generar conciencia sobre la enfermedad y la importancia de adquirir hábitos para prevenir esta enfermedad.
Algunos tipos de cáncer son genéticos mientras que otros son causa de un estilo de vida poco saludable y hábitos perjudiciales para el organismo, como fumar, una mala alimentación o abusar del alcohol. Estos últimos podrían prevenirse entre un 30 y un 40 por ciento de las veces.
Es por eso que es vital primero llevar un estilo de vida saludable y, además, acudir con regularidad al médico para hacerse los chequeos rutinarios que permiten llegar a una detección temprana de la enfermedad. Los tipos de cáncer más comunes en la actualidad son: de mama, de cuello uterino y de colon.
Detectar cualquier tipo de cáncer rápidamente permite hacer tratamientos específicos con un mejor pronóstico en cuanto a posibilidad terapéutica y una mejor sobrevida libre de enfermedad.
Cáncer de mama
El cáncer de mama es actualmente el cáncer más frecuente en la mujer. De hecho, una de cada ocho que alcanzan los 80 años padecieron esta enfermedad. El 95 por ciento de los casos puede curarse si se detecta a tiempo.
Una de las medidas de prevención básicas es la autoexploración, que cada una debe realizar todos los meses, sin excepción, siempre en la misma fase del ciclo. La alerta más frecuente es la palpación de un tumor, nódulo o dureza en la mama, aunque hay otros síntomas de menor ocurrencia, como retracciones o hundimientos en la piel o el pezón, enrojecimiento en la piel, descamación o pérdida de sangre por el pezón o la palpación de un bulto en la axila.
Si observás alguno de estos factores, hacé una consulta con el médico. Asimismo, preguntale al profesional cuándo deberías comenzar a hacerte mamografías y otros exámenes de detección según tus antecedentes personales.
Cáncer de cuello uterino
La principal causa de muerte ginecológica en Argentina es el cáncer de cuello uterino. Este tipo es causado en un 100 por ciento de los casos por el Virus del Papiloma Humano (VPH o HPV).
Se calcula que 8 de cada 10 personas sexualmente activas tuvo o tendrá contacto con algún tipo de VPH alguna vez en su vida. En la mayoría de los casos el organismo controla la infección. Sólo un pequeño porcentaje pueden evolucionar a lesiones precancerosas o cáncer.
Existen dos métodos de prevención: la primaria y la secundaria. La primera se refiere a la vacunación, muy efectiva en la disminución de la infección por HPV, que se encuentra en el Calendario Nacional de Vacunación para niñas desde los 11 años de edad, y desde hace un par de años, también se aplica en niños varones.
Una vez expuestos al virus de HPV, aplica la prevención secundaria que se refiere a los métodos de detección precoz en el marco de los controles ginecológicos anuales que se una mujer sexualmente activa debe llevar a cabo. El principal es el papanicolau. Se aconseja realizar este estudio dentro de los primeros tres años de haber iniciado las relaciones sexuales o a los 21 años en pacientes que aún no han tenido sexo.
En mujeres que nunca estuvieron expuestas al virus, alcanzaría con realizar un papanicolau anual hasta los 65, mientras que en aquellas que sí lo han estado, hasta los 75 años sería lo más prudente.
Cáncer de colon
Este tipo de cáncer, a diferencia de la mayoría, brinda muchas oportunidades para realizar acciones preventivas. Esto ocurre dado que en el 90 por ciento de los casos, se desarrolla a partir de lesiones premalignas llamadas pólipos. Estos son crecimientos de la mucosa del intestino, que de persistir en su desarrollo, terminan generando la enfermedad.
«Se cuenta con mucho tiempo desde la aparición de los pólipos hasta que se establece el tumor. Es decir, que hay muchas oportunidades de poder extraerlos y evitar la enfermedad», expuso a ConBienestar, Nicolás Rotholtz, Jefe Servicio de Cirugía General del Hospital Alemán y Director de la Carrera de Coloproctología de la Universidad de Buenos Aires (MN: 88461).
La población de riesgo es cualquier persona mayor de 50 años (hasta los 75) sin distinción de sexo. La recomendación mundial es que desde esa edad, tanto hombres como mujeres, sin antecedentes, realicen un estudio diagnóstico a fin de identificar o no la presencia de los pólipos asintomáticos. Si el estudio da normal y estuvo bien hecho, deberán repetirlo cada diez años, que es el tiempo en que los pólipos puedan derivar en tumores malignos.
El estudio principal y el más sensible es la videocolonscopía. Pero además, hay otros, como el colon por enema, que no tiene imágenes y debería realizarse cada 5 años; y un primer abordaje puede realizarse mediante en test de sangre en materia fecal: un método para la detección de hemoglobina en las heces que dispara la realización de otros estudios en caso de dar positivo, se debe realizar anualmente.
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