En la actualidad, los lentes con filtros para la luz azul son populares. Pero ¿son la verdadera solución?
Vivimos rodeados de pantallas. Somos la primera generación del mundo que permanece mucho tiempo expuesto a los dispositivos digitales. Incluso, con el teletrabajo, se produjo un aumento significativo de la demanda de lentes con filtro para protegerse de la luz azul, pero: ¿cuánto deberíamos preocuparnos?
Si bien hay algún estudio que apunta a posibles daños de la luz emitida por los celulares, las tablets y las notebooks, la luz azul de las pantallas no afecta a los ojos ni provoca ceguera. Hasta ahora, son investigaciones que no demuestran que esa iluminación que desprenden los dispositivos sea perjudicial en el uso cotidiano. Los resultados son más bien alarmistas y no pueden ser tomados como recomendaciones reales.
En otras palabras, la luz azul a niveles normales no daña la retina. La intensidad es lo que hace mal, pero los dispositivos que usamos a diario no tienen la fuerza necesaria para causar daños. Tampoco es una radiación artificial ni nueva para nuestros ojos, ya que la luz solar incluye la franja del azul.
Hay fuentes muy intensas de luz azul, como las linternas tácticas y algunos poderosos faros delanteros LED de automóviles, esos sí pueden ser perjudiciales. Pero el resto, sólo incide superficialmente en la piel y en los ojos. No puede tener ningún efecto en ninguna parte profunda del cuerpo. De hecho, no hay evidencia del beneficio de los filtros azules en la prevención de daños oculares por esa radiación.
Un estudio publicado por la American Journal Ophthalmology concluye que los lentes de bloqueo azul no alteraron los signos o síntomas de la fatiga ocular con el uso de computadoras en relación con los lentes transparentes estándar.
Otro estudio de la Universidad de Granada tampoco encontró evidencias aunque no era un ensayo clínico y tenía menor número de pacientes.
El efecto negativo de las pantallas
Claro que las pantallas sí pueden tener efectos negativos en nuestra visión, pero por pasar demasiado tiempo sin parpadear y sin alejar ni acercar la vista, no por la luz azul. El ojo debe hacer un mayor esfuerzo para enfocar correctamente.
El cansancio visual se expresa de distintas formas, pero los síntomas pueden incluir:
Ojo seco.
Visión borrosa.
Lagrimeo u ojos llorosos.
Dolor de cabeza.
La sugerencia es entonces, limitar la exposición a las pantallas a no más de 40 minutos por vez. Hay que ponerse un timer, tener una rutina y ser estricto con ella. Levantarse, ir a hacerse un café o mirar para afuera, pero no ponerse a ver el celular, ya que la idea es alejarnos de cualquier pantalla. También hay que cuidar la distancia. Mientras más cerca estemos, más trabajan los músculos intraoculares para el enfoque, lo que causa dolor alrededor de los ojos y otra vez, cansancio.
(*) El doctor Roberto Albertazzi (M.N. 54.836) es médico oftalmólogo. Presidente de la World Keratoconus Society y miembro fundador de la Sociedad Argentina de Cirugía Refractiva, Córnea y Cataratas.
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