Vulvodinia: cuáles son los tratamientos para combatir este doloroso trastorno

Esta condición se diagnostica cuando todas las otras causas posibles se excluyeron. Qué la puede desencadenar.

La vulvodinia es un trastorno de dolor de la vulva (área exterior de la vagina) que provoca sufrimiento severo, ardor, picazón y fuerte malestar durante la actividad sexual. Aún no se logró determinar la causa exacta que la origina.

Es posible que se experimenten síntomas de forma constante o solo parte del tiempo. Algunas veces el dolor puede aparecer en la zona entre la vagina y el ano, llamada perineo, y en la parte interior de los muslos.

Hay dos de vulvodinia: localizada (dolor solo en una zona que suele ocurre debido a la presión en el lugar) y general (dolor en diferentes zonas bastante constante, con algunos períodos de alivio). Puede darse tanto en adolescentes como en mujeres adultas.

Existen algunos factores que pueden desencadenar los síntomas de este trastorno:

– Ponerse un tampón.

– Usar ropa interior o pantalones ajustados.

– Estar sentada por mucho tiempo.

– Ir en bicicleta.

Asimismo, el dolor se suele presentar al tener relaciones sexuales y al orinar.

Si experimentás molestias durante o después de llevar a cabo alguna de estas acciones es importante que vayas a un médico para que pueda realizar un diagnóstico adecuado. El especialista ordenará un examen físico y diversos análisis para descartar primero otras pataologías (como infección urinaria, enfermedad de la piel o ETS). Esta condición se diagnostica cuando todas las otras causas posibles se excluyeron.

«Hay que descartar algún problema físico y si no lo hay podemos inferir que es psicológico. Que de alguna manera algo que no puede tramitar hace que duela», precisó a ConBinestar la sexóloga y psicóloga del Hospital de Clínicas Viviana Wapñarsky (MN: 24433).

Padecer esta afección puede tener un impacto devastador tanto a nivel físico como emocional. Sufrir las consecuencias de este trastorno puede desencadenar depresión y ansiedad, problemas en las relaciones personales, molestias a la hora de dormir y/o dificultades en el terreno sexual.

Cómo se puede tratar
El tratamiento de la vulvodinia tiene como objetivo principal reducir el dolor y aliviar los síntomas. No obstante, las opciones terapéuticas disponibles no funcionan para todas las mujeres, incluso en ocasiones es necesario más de un tipo para manejar sus consecuencias.

– Medicamentos: normalmente se recetan anticonvulsivos, antidepresivos u opiáceos.

– Tratamientos tópicos: existen cremas o ungüentos.

– Fisioterapiapara fortalecer los músculos del piso pélvico: la biorretroalimentación ayuda a aliviar el dolor cuando se enseña a relajar la musculatura de esa zona.

– Inyecciones de los bloques nerviosos: para disminuir el dolor neurológico.

– Terapia cognitiva conductual para ayudarla a lidiar con sus sentimientos y emociones: trabajar con un terapista y un sexólogo puede ayudar a desarrollar herramientas para enfrentar mejor el padecimiento de una afección crónica como esta.

– Cambios en la dieta: reducir la ingesta de alimentos con oxalato, que está presente en espinaca, remolacha, maní y chocolate.

– Prácticas complementarias: como la relajación y la meditación.

– Cirugía: algunas mujeres con vulvodinia localizada pueden necesitar una intervención para aliviar el dolor en la que se elimina la piel y tejidos afectados alrededor de la abertura vaginal. Esta opción se realiza solamente si todos los otros tratamientos no fueron efectivos.

Cambios en los hábitos, otra solución
Por otro lado, también se recomienda llevar a cabo algunos cambios en el estilo de vida para ayudar a prevenir los desencadenantes de la vulvodinia y aliviar los síntomas.

– No uses duchas ni jabones o aceites que puedan causar inflamación.

– Utilizá toda la ropa interior de algodón.

– Elegí detergente para lavar para piel sensible y centrifugá dos veces la ropa interior.

– Evitá la ropa ajustada.

– Intentá evitar actividades que pongan presión sobre la vulva, como ir en bicicleta o montar a caballo.

– No te des baños calientes de inmersión.

– Comprá papel de baño suave e incoloro y lavá la vulva con agua fresca después de orinar.

– Adquirí tampones o toallitas higiñenicas de algodón.

– Incorporá lubricante soluble en agua durante el acto sexual y hacé pis después de tener relaciones íntimas para evitar infecciones de las vías urinarias.

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