La sexualidad va más allá de la penetración. Caricias y estímulos ayudan. Cuando hay lesiones físicas que afectan sensibilidad, también hay caminos.
El sexo no es sólo penetración. En el caso de los hombres, no se trata simplemente de lograr una erección para eyacular. Los genitales masculinos y femeninos no son los únicos protagonistas en la intimidad. Y en este aspecto se destaca el paraorgasmo.
“Muchas veces no se tiene la sensibilidad adecuada en los genitales y el paraorgasmo busca justamente eso, alcanzar el orgasmo sin la necesidad de estimular esa zona del cuerpo”, explica a Con Bienestar el sexólogo Diego Absi (M.N. 101.908).
De forma habitual, se busca conseguir el orgasmo a través de los puntos erógenos de mayor intensidad tanto en el hombre como en la mujer: el pene y la vagina. Pero el momento de mayor satisfacción de la excitación sexual no parte únicamente de ahí.
El paraorgasmo se suele relacionar con personas que sufrieron una lesión medular y perdieron sensibilidad en zonas clave del cuerpo. Si la lesión es completa, no podrán caminar y eso trae aparejados mayores inconvenientes desde el punto de vista motor y psicológico.
Pero como disminuye o se pierde la sensibilidad en una parte del cuerpo, se puede adquirir y potenciar en otra. Así, se llega a tener el “mismo placer, el mismo goce”, solo que estimulando otras zonas erógenas del cuerpo, como los pezones. A través de caricias y besos en la parte superior del cuerpo, es posible llegar al orgasmo.
“En los hombres, si la lesión medular es alta, por arriba de la dorsal diez o doce, se puede tener erecciones y eyacular. Si bien sufren ciertas alteraciones y a veces les lleva un poco más de tiempo tener una buena erección, suelen tener muy buenas”, describe Absi.
Además, son personas que mantienen el deseo de tener un contacto sexual. Si bien es cierto -según resalta el sexólogo- que a veces estas personas pueden perder potencia, logran variantes de placer.
“Cuando la lesión es un poco más baja, directamente a nivel del sacro, la complicación es mayor. No es imposible, pero tener una erección o eyacular se vuelve dificultoso, aunque puede conseguirse a través de la práctica y por una terapia adecuada”, indica el especialista.
En cuanto a las mujeres, “es básicamente lo mismo”. Si la lesión es alta, pueden lubricar, tienen deseo sexual y pueden llegar al orgasmo, hasta tienen la posibilidad de llegar al punto culminante de la excitación sexual de forma intensa. “Cuando la lesión es un poco más baja, las complicaciones aumentan”, señala Absi.
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