Se trata de un alga unicelular de color azul verdoso que ayuda a combatir la fatiga; puede ser de utilidad para deportistas debido a sus propiedades de recuperación muscular
La espirulina es presentada generalmente como un suplemento para la alimentación. Habita en la Tierra desde hace más de 3500 millones de años y se trata de una cianobacteria o alga unicelular azul verdosa. Se reproduce en zonas desérticas, sobre todo en lugares donde el agua es alcalina.
Por lo general, se suele utilizar en polvo —incluyéndola en la alimentación en líquidos y sólidos— o en cápsulas. Sin embargo, también es posible conseguirla en su versión fresca.
Esta alga contiene una gran cantidad de proteínas, que incluso llega a superar la cantidad que tienen los huevos, el pescado o la carne. Además, es rica en minerales como el hierro, el magnesio, el calcio y el fósforo, y en vitaminas B, C y E.
Otro de los beneficios de la espirulina es que aporta ácidos grasos omega-3 y omega-6. Este alimento tiene la facultad de aumentar la energía de quien la consume, lo que beneficia sobre todo a los deportistas que optan por ella para mejorar su rendimiento y la recuperación muscular.
La espirulina, entonces, es un gran aliado para combatir la fatiga. A pesar de esto, los especialistas coinciden en que no todas las personas son aptas para consumir este alimento. Las embarazadas o quienes padecen hiperuricemia o gota deben primero consultarle a su médico de cabecera antes de sumar este alimento a su dieta. Por otro lado, si aparecen efectos secundarios como dolor de cabeza o diarrea, entre otros, se debe suspender su consumo.La ingesta de espirulina, además, es segura por un plazo máximo de tres meses, según el portal especializado Tua Saúde. Tras este período, si se quiere seguir tomando el suplemento, se debe interrumpir el consumo y esperar un mes antes de reanudar la ingesta.
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