Qué implica practicar cada tipo de actividad física y cómo impacta en nuestra salud.
Lo que los diferencia es la intensidad con que se practican y el grado de compromiso con el deporte elegido.
Sinónimo de actividad, alegría, competencia y juego, el deporte se propone –entre muchas otras cosas– como una instancia de enseñanza entre niños y jóvenes, gracias a la incorporación y cumplimiento de ciertas reglas. De este modo, se incorporan, por ejemplo, principios de autoridad y respeto.
En un amplio sentido de la palabra, podemos definir al deporte como toda actividad que emplea energía para moverse. A pesar de esta aparente homogeneidad, hacia dentro existen numerosas diferencias. Hoy nos centraremos en la que lo divide en recreativo, competitivo y de alto rendimiento.
Debemos establecer que en los tres casos se trata de los mismos deportes. La variante está puesta en el grado de intensidad, compromiso y en las “consecuencias” de cosechar éxitos o ser derrotados.
El acento está puesto en que los chicos se diviertan y experimenten con distintos deportes y disciplinas.
Esta primera categoría se asocia fuertemente al contenido lúdico. Es ni más ni menos que “jugar”. El principal objetivo aquí es el placer que produce practicar la actividad física que se elija. En este sentido, muchas veces pueden realizarse diferentes deportes alternativamente, ya que la meta no es tanto la destreza sino compartir un rato agradable.
Todo esto también permite que interactúen individuos de diferentes sexos y edades. Su característica recreativa permite que lo compartan, por ejemplo, padres, madres e hijos, lo que convierte al ejercicio en una excelente forma de integración social y familiar.
Aquí el objetivo es claramente ganar. El deporte competitivo tiene además especificidad deportiva, es decir que se agrupan deportistas con destrezas afines. Esto puede suceder en lo individual (correr, nadar, practicar tenis) o en deportes de conjunto, como fútbol o rugby.
En todos los casos se destacan quienes tienen mejores condiciones, ya que el éxito constituye el logro deportivo. Así, se suelen organizar en torneos y, en caso de los denominados deportes federados, se siguen reglamentos elaborados y perfeccionados a lo largo del tiempo por las asociaciones y federaciones de cada deporte.
Por estas características, no es recomendable para chicos menores de 10 años, debido a la tensión que genera. También se aconseja cuidar la influencia (y presión) de los padres o entrenadores, ya que suele suceder que el deseo de ganar y superarse no coincida con lo que quieren realmente los más pequeños.
En este caso se buscará un máximo nivel de eficiencia y exigencia. Los deportes de alto rendimiento requieren un talento destacado e implican competencias donde ganar está, incluso, por encima de la salud.
Si bien constituye claramente una excelente forma de ser visto por multitudes y llegar a competencias nacionales e internacionales, el objetivo se asocia con el éxito, la fama, el poder y el dinero. Tambien puede inmiscuirse la política, ya que, por ejemplo, el medallero de los Juegos Olímpicos es un indicador del que los líderes nacionales están atentos. De la misma forma, que el himno generalmente esté presente suma en favor de la representatividad del resultado y, como contracara, sobredimensiona el error por las consecuencias que conlleva.
Como podemos ver, todos los deportes –ya sean practicados en forma recreativa, competitiva o en alto rendimiento– tendrán seguramente su espacio a la espera del “individuo indicado”. Nosotros solo deberemos tener en claro nuestros objetivos para saber por qué categoría optar.
- Raro
- Asqueroso
- Divertido
- Interesante
- Emotivo
- Increible