Una pareja de abuelos besándose en la calle, en general es condenada. La abuela enamorada, vista con ojos de “desubicada” y todo acto que demuestre pasión sexual en la edad avanzada, suena hasta extraño, como no propio de esa etapa. Lo social se impone tan fuertemente, que nos encontramos con ancianos avergonzados de sus propias emociones y sentimientos.
Muchas personas le ponen vencimiento a su vida sexual, como si realmente superar la barrera de los sesenta y cinco implicara abandonar los hábitos de la cama caliente. Sí, es real que se afrontan cambios físicos, pero estos no anulan el contacto, ni mucho menos el amor o el buen sexo.
La clave: no resistirse a los cambios
“Las frustraciones muchas veces se generan en personas que desean tener una vida sexual tan activa como a los veinte. No se adaptan a sus cambios y en vez de disfrutar una nueva sexualidad, viven en la queja y el tormento. Lo sienten como un inevitable y no buscan nuevos caminos, opciones para el placer” dice la sexóloga Mariela Tesler.
Y agrega: “El varón adulto mayor de sesenta es más lento en su respuesta erectiva, tarda más tiempo en eyacular (puede ser que algunas veces no logre hacerlo incluso) y su período refractario (tiempo entre una erección y otra) es mucho más largo que un varón joven. En muchos casos incluso, luego de un orgasmo no logra tener otra erección hasta varias horas después o incluso días”
En las mujeres, la menopausia y los años venideros llevan aparejado, entre otros, una disminución de los estrógenos y una consiguiente sequedad vaginal. Esto también puede resolverse con un buen lubricante a base de agua, para ayudar a que la fricción en la relación no sea incómoda o dolorosa. Seguramente habrá aumento de peso y modificaciones corporales y a esa imagen y aspecto modificado habrá que aceptarlo y quererlo. Es fundamental potenciar la autoestima para que no sea un impedimento para el disfrute.
Todo nuestro cuerpo es un mapa erótico y sensible. Esta etapa de la vida debería conducirnos a reconocer los cambios lógicos de ambos miembros de la pareja, potenciando las caricias y cada contacto sin apuro ni estrés. El mimo, el alago, los besos y sentir que el deseo sigue existiendo pese a los años, suma unión y la tranquilidad de saber que podemos seguir alimentando la llama del amor a cualquier edad.
Consejos para hombres y mujeres en esta etapa
Llevar una alimentación saludable.
Realizar actividad física diaria, de acuerdo a controles médicos.
Dedicarse con mayor intensidad a recorrer todo el cuerpo, saliéndose del modelo único genital.
Generar mayor comunicación y complicidad en la pareja.
Preservar la higiene personal.
Volver a detenerse en el beso apasionado, las caricias, los mimos.
Acompañarse en temores y buscar nuevos caminos de disfrute.
Utilizar la masturbación como un juego para sumar en la cama teniendo en cuenta que después de tantos años, ya la pareja posee mucha más confianza.
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