La dieta cetogénica se ha convertido en la dieta perfecta para esto ya que los principios nutritivos (proteínas y grasas) de los alimentos que la integran, provocan gran saciedad y tienen un bajísimo porcentaje de hidratos de carbono en forma de alimentos como vegetales y frutos rojos.
La dieta cetogénica se ha convertido en la dieta perfecta para esto ya que los principios nutritivos (proteínas y grasas) de los alimentos que la integran, provocan gran saciedad y tienen un bajísimo porcentaje de hidratos de carbono en forma de alimentos como vegetales y frutos rojos. Según la licenciada Laura Cordeu “estos alimentos de bajo índice glicémico, estimular la producción de insulina por parte del páncreas y por ende no provocan picos de mayor apetito al digerirse y metabolizarse, ayudando a eliminar líquidos rápidamente y a combustionar las grasas corporales manteniendo la sensación de saciedad y reduciendo la ingesta de forma espontánea”.
Para entender un poco cómo funciona esta dieta, la licenciada Laura Cordeu explica: “Al reducir la ingesta de carbohidratos, el cuerpo pasa de usar glucosa como fuente de energía a usar la grasa almacenada en el cuerpo. En el proceso de descomposición de estas grasas el cuerpo produce cetonas (proceso denominado cetosis, razón del nombre de la dieta) que luego se elimina a través de la orina. Es en este estado denominado cetosis que la dieta cetogénica está funcionando.”
Con este tipo de alimentación, se obtienen numerosos beneficios: pasada la primera semana en que algunos pacientes refieren síntomas de “fiebre keto”, se tiene mayor energía y vitalidad, mayor capacidad de concentración. Tiene efectos positivos sobre distintas patologías que acompañan la obesidad como la insulino-resistencia, la diabetes y enfermedades cardiovasculares. También ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y reducir la inflamación, así como a mejorar sustancialmente el humor y el estado de ánimo.
Hay algunas reglas básicas en cuanto al menú en esta dieta y se basan en incluir solamente alimentos permitidos. De todas formas, no es un menú muy estructurado: se basa en comida real, alta en grasas saludables, moderada en proteínas y muy baja en carbohidratos. Por ejemplo, todo tipo de carnes y sus derivados, huevos, vegetales de hoja verde, palta, frutos secos, frutos rojos, semillas, aceite de oliva o aceite de coco. Además, es importante asesorarse con un profesional que entienda y conozca del tema para poder adaptar ese tipo de alimentación a las necesidades de cada cuerpo y seguir al pie de la letra lo indicado. La Dra. Natalia Di Lorenzo cuenta que “es un tipo de alimentación que hace que el cuerpo pase por distintas etapas de cambios de metabolismo, ¡por eso no hay que desanimarse! Cada uno lo gestiona de manera diferente y a su ritmo”.
Una pregunta clave y duda para muchos, es saber cuántas veces al día se puede comer y qué se puede comer entre las comidas principales sin estropear el objetivo principal: El Dr. Máximo Ravenna afirma que “lo ideal es hacer desayuno, almuerzo, merienda y cena, pero principalmente responder al principio de comer sólo si verdaderamente se siente hambre”. La alimentación Keto genera una transformación en la forma en que el organismo trabaja. Parte de esta transformación apunta también a liberar el cuerpo de toxinas. Por eso suele combinarse con ayunos intermitentes, para lograr que el cuerpo descanse del trabajo que le implica el procesar todo lo que le damos o generamos.
Se sugiere tener en cuenta algunas alternativas para saciar la “necesidad” o hábitos a los que nos encontrábamos habituados, pero la realidad es que cuando ordenamos nuestra ingesta y comemos lo que realmente necesita nuestro cuerpo, lo que sucede es que dejamos de estar constantemente con hambre, y “picotear” entre comidas deja de ser una “necesidad”. “En caso de querer picar algo podemos elegir entre una variedad de productos como: frutos secos, jamón y queso, apio o frutos rojos”, recomienda el Dr. Máximo Ravenna.
El tiempo recomendado para llevar a cabo este tipo de alimentación, depende de varios factores, como la cantidad de kilos a bajar, la edad, la altura, el sexo, la actividad física que realiza, entre otros. Es una dieta que debe realizarse hasta que se regularice el peso corporal y hasta que el médico o nutricionista tratante considere que sea adecuado para ese paciente en particular. Por lo tanto, esta dieta debe hacerse con supervisión médica o nutricional para tener en cuenta los factores que inciden en cada paciente individualmente.
En síntesis, la dieta keto es una dieta llena de alimentos ricos en nutrientes, completos y sin procesar. Al ser rica en grasas genera saciedad y satisfacción, calmando las ansias que suelen generarse cuando uno piensa que “está en dieta” o tiene que “privarse”. Al no ser restrictiva en término de cantidades o calorías y estar llena de alimentos que satisfacen el paladar y nutren al cuerpo, los beneficios físicos y psicológicos son los ideales para llevarla a cabo.
(*) Médica, MN 106465
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