Cuando la calidad de vida y la salud se ven afectadas por esta enfermedad, comienza a buscarse una solución que pudiera resultar definitiva.
La obesidad es considerada una enfermedad crónica y la nueva epidemia del siglo XXI, con más de 300 millones de obesos en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud. El Índice de Masa Corporal (IMC) es un indicador de la relación entre el peso y la talla que se utiliza con frecuencia para determinar de forma objetiva si una persona es obesa y qué grado de obesidad presenta.
El IMC se calcula dividiendo el peso entre lo que resulta de multiplicar la altura por la altura del paciente
(IMC= Peso/Altura x Altura). Calculá tu IMC.
La obesidad mórbida o severa es definida con un IMC mayor o igual a 40. Cuando dicho índice aumenta también lo hace la tasa de mortalidad relacionada a distintas causas, especialmente las vinculadas a enfermedades cardiovasculares. La obesidad es la precursora de múltiples enfermedades y desórdenes que afectan diferentes órganos y sistemas del cuerpo, provocando modificaciones significativas en las condiciones clínicas del paciente y en su calidad de vida.
En los distintos procedimientos quirúrgicos considerados para el tratamiento de la obesidad se tienen en cuenta ciertos factores:
Grado de obesidad
Conducta alimentaria
Comorbilidades (enfermedades asociadas)
Posible necesidad de revertir el procedimiento
Riesgo quirúrgico
Considerando la resolución de las comorbilidades asociadas a la obesidad (diabetes, apnea del sueño, insulino resistencia, hígado graso, insuficiencia cardíaca, etc.), la cirugía bariátrica o cirugía de la obesidad ha sido reconocida por la Sociedad Americana de Cirugía de la Obesidad como el único tratamiento efectivo para lograr y mantener un descenso importante de peso a lo largo del tiempo con óptimos resultados, siempre y cuando se realice una estricta selección del paciente, se ejecute un estudio preoperatorio meticuloso, se utilice una técnica operatoria rigurosa, se lleve a cabo en instituciones de alta complejidad y se establezca un correcto seguimiento postoperatorio inmediato, mediato y alejado. Una vez realizada la cirugía, el paciente concurrirá a consultas pautadas, tanto con el cirujano como con el obesólogo clínico y el psicólogo. Estos controles son de por vida, lo cual logra mantener la adherencia del paciente al programa.
La cirugía de la obesidad está indicada en aquellos pacientes mayores de 18 años en los que su IMC sea mayor o igual a 40 (obesidad clase III) o se encuentre entre 35 y 39.9 (obesidad clase II) con alguna enfermedad secundaria asociada a la obesidad luego de haber fallado a múltiples intentos de descenso de peso empleando otros métodos. En la actualidad se emplea en pacientes con IMC mayor a 30 que padezcan diabetes mellitus tipo II.
El rol de la familia
Un tratamiento interdisciplinario exitoso permite observar un paciente y una familia sumamente agradecida. El grupo familiar es fundamental para el apoyo psicoemocional diario de los pacientes obesos quirúrgicos, en particular desde la cirugía, momento en el que los desafíos del paciente son mayores. Este fue el caso del Sr. Cl. J. S., paciente de nuestra institución, quien decidió compartir su testimonio:
“Pesaba 160.800 Kg. Para someterme a la intervención quirúrgica debía bajar al menos 15 Kg., y logré ingresar al quirófano con 140 Kg. Los médicos me guiaron, me enseñaron a comer y, lo más importante, a no sufrir hambre. Otra persona fundamental y un gran apoyo para contener mi ansiedad fue mi psicóloga. Hubo muchos especialistas que me acompañaron en este proceso: médicos clínicos, cardiólogos y neurólogos que me atendieron siempre con la mejor energía. Dos horas después de finalizada la intervención me levanté y, a pesar de las molestias, me sentía bárbaro.
La contención humana es clave en este tipo de tratamientos y nada hubiera sido posible sin el apoyo incondicional de mi familia y compañeros de trabajo. Hoy mi peso es de 90 kg. Volví a ser un padre y esposo feliz de estar vivo. Pero esto no es mágico, pongo mi granito de arena todos los días. Ha pasado un año desde la operación y me siento pleno. Espero que mi experiencia les sirva para tomar una determinación de la cual no se van a arrepentir”.
En Sanatorio Allende realizamos Cirugías Bariátricas desde hace aproximadamente 10 años: más de 1000 pacientes operados, con un promedio anual de 120 pacientes. Nuestro equipo de profesionales es uno de los pocos en el país con 0 índice de mortalidad y con un índice de complicaciones menor al 1%.
El apoyo familiar constituye la piedra fundamental en la que se consolidará el éxito del tratamiento. Por este motivo, desde nuestro equipo insistimos en que la decisión de realizar esta cirugía es un emprendimiento familiar que necesita de todos.
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