Expertos en Salud Mental de España detectaron esta fobia con las primeras flexibilizaciones al aislamiento. Reconocerla es el primer paso para enfrentarlas.
Con la flexibilización de la cuarentena, especialistas en Salud Mental de España detectaron un fenómeno llamado “síndrome de la cabaña”, nombre que se utiliza para cuando una persona no quiere salir de su casa aún cuando puede hacerlo tras haber encontrado en el hogar un refugio cómodo.
Si bien no se trata de una patología como tal, este síndrome hace alusión a lo que algunas personas experimentan tras meses de confinamiento: el miedo a volver a salir a la calle.
El monto abonado por el Estado no podrá ser inferior al valor de un salario mínimo, vital y móvil que está en el orden de $16.875 ni superar dos salarios mínimos, vitales y móviles es decir $33.750.
Es que previo a la pandemia de Covid-19, muchas personas estaban obligadas a dejar asignaturas pendientes por la vertiginosa vida moderna, como por ejemplo cocinar rico y saludable o reorganizar los espacios para que sean más bellos y cómodos. Y así se acostumbraron.
Sandra Isella, psicóloga del Centro Psicológico Cepsim indicó al sitio ABC que “cuando hablamos del ´síndrome de la cabaña’, nos referimos a un estado anímico, mental y emocional que se ha estudiado en personas que, tras pasar un tiempo en reclusión forzosa, han tenido dificultades para volver a su situación previa al confinamiento”.
A su turno, el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos explicó que “se siente miedo, incluso pánico o fobia, por volver a salir a la calle; queremos quedarnos en casa, que es un lugar en el que nos sentimos seguros”, en parte por la sobreexposición a las noticias, que general incertidumbre que fácilmente pueden derivar el temor.
Según expresaron especialistas, este síndrome tiene más incidencia en quienes viven solos. “El confinamiento, a nivel psicológico, no es fácil y tampoco saludable. Si además de encontrarnos aislados, los hemos pasado solos, esto puede aumentar nuestra vulnerabilidad”, explicó Rizaldos.
A su vez, su colega Sheila Estévez Vallejo, agregó que se puede pensar en salir a la calle “como algo hostil”, ya que “al tener que mantener un protocolo de ‘no contacto’, no podemos ser nosotros mismos (muchas veces acostumbrados a relaciones sociales en las que los besos y abrazos tienen mucho protagonismo), con lo cual elegimos quedarnos en casa como la vía de escape ante la ansiedad”.
Para quienes sufren el síndrome de la cabaña es importante reconocer el miedo para, así, enfrentarlo. “Detectar esta emoción ya es un paso. Si hacemos frente al miedo que sentimos, lo hacemos más pequeño”, dijo Rizaldos a la par que resaltó que “no debemos forzarnos y si necesitamos tiempo, nuestra salida a la calle puede ser paulatina”.
Vallejo, por su parte, recomendó tomar todo lo aprendido durante la cuarentena, por ejemplo cocinar más, aprender a hacer pan o realizar una reforma e incorporarlo a la vida diaria.
A la vez, seguir los protocolos de seguridad instauradas por las autoridades sanitarias, como llevar tapabocas o alcohol en gel ayudan a las personas a sentirse más seguras cuando vuelvan a salir.
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