El cacao natural posee cerca de 50 nutrientes beneficiosos para el organismo y el espíritu. Cuanto más amargo, mejor para la salud.
El ingrediente principal del chocolate es el cacao y puede reducir los factores de riesgo para las enfermedades cardíacas, debido a su alto contenido en flavonoles, es decir de pigmentos naturales que protegen al organismo, según destacan en la Clínica Mayo de los Estados Unidos.
Estos compuestos están más presentes en el chocolate negro o amargo que en el chocolate con leche o en los combinados con distintos gustos y azúcares.
“Los flavonoides del cacao se hallan en mayor concentración en el chocolate amargo, por lo cual el consumo de chocolate con leche o el chocolate blanco no muestra los mismos efectos beneficiosos. Cuanto más amargo es y menor concentración de azúcares agregadas y leche o grasa tiene, mejor será la actividad antioxidante”, explica a Con Bienestar Teresa Cóccaro (M.N. 5.705), licenciada en nutrición.
El cacao puro tiene cerca de 50 nutrientes, por lo que es considerado como un súperalimento con propiedades saludables. Contribuye a la reducción del “colesterol malo”, ayuda a mantener los niveles de la presión arterial, a controlar el sobrepeso, a reducir el riesgo de padecer diabetes, a estimular las defensas del sistema y a proteger a la piel.
Según el Observatorio del Cacao, este alimento es rico en antioxidantes que son indispensables para neutralizar la acción perjudicial de los radicales libres en el organismo.
¿Qué tipo de chocolate es recomendable consumir?
El chocolate que tiene un 70 por ciento o más de cacao puede incluirse en la dieta porque “cuanto mayor sea la presencia del cacao, más sano será”.
“Una porción de chocolate de entre 10 y 20 gramos diarios beneficia el estado de ánimo, ocasiona placer y mantiene el cerebro activo. Legalizar el placer en su justa medida ayuda no sólo a prevenir enfermedades sino además a mantener hábitos saludables en el tiempo”, argumenta la nutricionista.
Los distintos derivados del cacao tienen nutrientes en proporciones diversas: proteínas, grasas, hidratos de carbono y minerales. Contribuyen decisivamente a renovar los tejidos y a regular los procesos metabólicos de las células.
“Estos efectos se atribuyen a distintos mecanismos, como la dilatación de las arterias y el consiguiente aumento del flujo de sangre al cerebro, o la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo”, según el doctor Ramon Estruch, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona.
“Además, los componentes del cacao natural también inciden positivamente reduciendo la interacción con proteínas, inhibiendo agentes neurotóxicos o favoreciendo el metabolismo de azúcares”, señala Estruch, también presidente del Comité Científico el Observatorio del Cacao.
Agregar cacao natural al desayuno es una de las maneras más fáciles de incluir polifenoles en la alimentación diaria de los chicos y adolescentes. De hecho, su elevado contenido en estos nutrientes, lo convierten en un alimento ideal para la primera comida del día.
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