Saber cómo funcionan las zonas erógenas femeninas y ser consciente de la capacidad que tiene el cuerpo para sentir te ayudará a disfrutar más de la intimidad.
Para disfrutar plenamente del acto sexual es necesario dejar las inhibiciones a un lado y mantenerse receptiva a todo lo que la experiencia tiene para ofrecer. Esto no es siempre fácil y en algunos casos es necesario prepararse e incluso entrenarse para ello.
Cuando una mujer conoce su cuerpo y es consciente de la capacidad que este tiene para sentir, le resulta mucho más sencillo experimentar más placer y disfrutar a un nivel superior de sus orgasmos. Para llegar a esa liberación y conciencia es necesario, en ocasiones, contar con ayuda profesional.
A raíz de esa idea es que surgieron las denominadas “escuelas de la vagina”. Son terapias físicas y mentales que ayudan a la mujer a disfrutar de una intimidad saludable, madura y mucho más satisfactoria a las que se puede acudir sola o en pareja.
Estos son los tres pasos básicos que los expertos en este tipo de terapias recomiendan: ejercicios, entrenamiento mental y uso de elementos externos.
Ejercicios físicos
El cuerpo necesita prepararse para cualquier actividad, hasta el sexo. Como ya te contamos en ConBienestar, hay bailes te ayudan a moverte bien en la cama. Para “desbloquear” tu vagina y disfrutar de tu flexibilidad es bueno que pongas en movimiento solo tus caderas. Podés empezar parada, con las piernas separadas y desplazando la pelvis hacia delante y hacia atrás. El resto del cuerpo debe permanecer inmóvil.
Manejar una técnica de respiración correcta te permite intensificar el placer y el contacto con tu pareja en las relaciones íntimas. No en vano es uno de los ejes fundamentales del sexo tántrico. Acostate en una posición cómoda y sentí como los pulmones se llenan de aire mientras movés las caderas al ritmo al que respirás. Este ejercicio te ayuda a ser consciente de cómo reaccionas a las sensaciones externas.
Asimismo, es bueno que te atrevas a usar ropa íntima sexy y provocativa. Utilizar colores distintos que te hagan sentir que rompiste con tu rutina te harán sorprenderte a ti mismo y te predispondrán a probar cosas diferentes.
Entrenamiento mental
Al despertar o antes de irte a dormir tomate unos minutos para practicar visualizaciones. Imaginate a un animal hembra en su ritual de cortejo. Por ejemplo, las felinas realizan movimientos lentos y pausados. Proyectate a vos actuando de manera animal.
Cada persona es sensual a su manera, algunas usan las palabras, otras los labios, movimientos con el pelo o miradas intensas. Encontrá con cuál te sentís vos cómoda y aprendé a explotarla.
Elementos externos
Así como en el gimnasio disponés de una serie de elementos y máquinas para perfeccionar tu entrenamiento, en esta terapia también necesita de asistencia externa como juguetes sexuales o juegos en pareja.
Empezá con algo sencillo y si sentís que te puede ayudar, de a poco atrevete con otros elementos o juguetes más elaborados. Por ejemplo, se aconseja arrancar con un masajeador o un vibrador chico y luego intentarlo con otros. Independientemente de lo que elijas, tenés que verlo como una extensión del juego erótico y una forma de autoexploración.
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