Una investigación destaca el escaso uso de preservativos durante la práctica de sexo oral entre los jóvenes norteamericanos y alerta sobre la poca conciencia del riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual.
egún un reciente estudio hecho publico por la revista Journal of Adolescent Health que analizaba los cambios en las prácticas sexuales de los jóvenes británicos durante las últimas dos décadas, el sexo oral y anal han incrementado exponencialmente su frecuencia y expansión. Así, mientras en los años ‘90 solo el 10% de los hombres y mujeres reconocían llevar a cabo éstas prácticas, en nuestra década esa cifra ha aumentado hasta el 25% en el caso de los hombres y hasta el 20% en el de las mujeres, siendo especialmente importante el incremento entre los adolescentes situados en la franja de edad de los 16 a los 18 años.
Ahora una nueva investigación publicada por la misma revista científica, aunque en este caso llevada a cabo en EE.UU., incide de nuevo en el sexo oral y en los peligros de transmisión de enfermedades sexuales durante su práctica. En concreto, tras analizar informes sobre sexo oral en relaciones heterosexuales de una muestra de más de 7.000 adolescentes y jóvenes de entre 15 y 24 años, las autoras comprobaron que más de la mitad de los participantes había practicado sexo oral en el último año. Sin embargo, de entre todos ellos, apenas un 8% en el caso de las mujeres y de un 9% en el caso de los hombres habían usado protección durante la felación.
En el estudio, además, se encontraron significativas diferencias en función de la raza de los jóvenes y del nivel educativo de las madres de los mismos. Así, los adolescentes de raza negra tenían menos probabilidades de practicar sexo oral y cuando lo hacían solían usar en mayor proporción preservativos. Por su parte, las adolescentes cuyas madres tenían un mayor nivel educativo eran más propensas a recibir y realizar sexo oral, así como a haber practicado el mismo con más de una pareja.
Las adolescentes cuyas madres tenían un mayor nivel educativo eran más propensas a recibir y realizar sexo oral, así como a haber practicado el mismo con más de una pareja
Poca conciencia del riesgo de ETS entre adolescentes
Aunque el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual es menor en la práctica del sexo oral que en el caso del sexo vaginal o anal, el virus del papiloma humano (VPH), que se contrae por el sexo oral, es una de las enfermedades transmitidas sexualmente más recurrentes y puede derivar en verrugas en los genitales o en otras enfermedades graves como el cáncer de faringe. El herpes tipo 2, la gonorrea o la sífilis son otras enfermedades de transmisión sexual que también pueden contraerse al practicar sexo oral sin protección.
En ese sentido, según unas estadísticas hechas públicas durante el reciente evento ‘Hablemos de prevención’, organizado por la farmacéutica GSK y la Sociedad Valenciana de Pediatría, se estima que una de cada dos personas a las que se les diagnostica una enfermedad de transmisión sexual es un joven de entre 15 y 24 años. De ellos, uno de cada cuatro han sido infectados por el virus del papiloma humano.
Para las autoras del estudio, los adolescentes y jóvenes norteamericanos parecen no tener conciencia del riesgo que entraña esta práctica y están aparentemente más preocupados por evitar un posible embarazo que por contraer una infección de transmisión sexual, lo que explicaría en parte el auge del sexo oral. En ese sentido, y para aumentar la conciencia, las investigadoras recomiendan aumentar los talleres interactivos sobre sexualidad y las conversaciones entre médicos y pacientes para incentivar el uso de métodos de protección adecuados.
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