Crecer y comer online, los desafíos de los nuevos infantes

La obesidad infantil es un problema que preocupa a todo el mundo. Actualmente existen diversas causas relacionadas al incremento de la obesidad infantil. Entre los factores más relevantes se encuentran los hábitos alimentarios de los niños. La comida “chatarra” condicionada además por la publicidad que predomina en los horarios donde los programas infantiles son centrales, sumado a que la actividad física se hace cada vez más pasiva en los niños, “hoy en día el hábito de hacer ejercicios es cada vez más bajo en la infancia y decae aún más al aumentar la edad de los niños” generando todo esto un combo que da como resultado los alarmantes números que muestra el aumento de la obesidad infantil a nivel global.

Ahora bien, considerando lo anterior debemos saber que en la actualidad los niños están cada vez más rodeados de alimentos con mayor cantidad de grasas y azúcares, menos horas con sus padres y familiares directos y cada vez pasan más tiempo delante de las pantallas como puede ser el teléfono celular, la tableta o la televisión, lo que junto a la mala alimentación aceleran el proceso de incrementar obesidad a temprana edad, siendo este un detalle que muchas familias no logran advertir a tiempo, más aun, consideran que tener un hijo gordito es todo un logro, una señal de buena salud para el pequeño, lo que es un error enorme ya que lo importante no es que el niño esté gordo o flaco, lo importante es que el niño esté sano.

Ante todo esto, ¿qué es lo primero que debemos hacer como sociedad?

Para aproximar una respuesta ante todo ese cumulo de acciones que forman parte del cotidiano de muchas familias, y que da como resultado un cultivo directo para el desarrollo de la obesidad infantil en muchos niños, lo primero que debemos hacer como sociedad es ofrecer información necesaria para lograr una buena salud en nuestros niños gracias a una alimentación adecuada, reeducando, proponiendo e integrando a los actores directos con los que los niños conviven a diario, y esos son sus madres y padres, el colegio y el estado, este último como garante principal de la protección del chico frente al avance imparable de la obesidad infantil.

Es cierto que cada vez hay mayor conciencia del problema de la obesidad infantil en términos generales, pero se necesita aunar más esfuerzos en las escuelas, los clubes, las organizaciones sociales vinculadas a infancia, ya que el principal desafío y de gran impronta es lograr quelos niños aprenden a comery que lo hagan de manera correcta y saludable en sus casas y también en la escuela. Es vital lograr incorporar como asignatura la “Educación Nutricional” en ámbitos escolares y trasladarlo al ámbito familiar.

La comida de mamá y papá sí importa
Los padres deben asumir un rol prioritario en la alimentación de sus hijos, y esto debe ocurrir desde que los peques comienzan a ingerir alimentos, es decir desde bebés. Proveer a los niños de alimentos sanos y equilibrados es clave en la prevención de la obesidad infantil, dado que además los niños asimilaran que en su ámbito familiar se come de manera saludable y variada, lo cual es esencial. En este sentido la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda aumentar el consumo de frutas, verduras y cereales, limitar el consumo de azúcares, alimentos con alto contenido en grasas y bebidas gaseosas.

Lo que refiere al uso de tecnología todos los indicadores vinculados al uso de ésta por parte de los niños a temprana edad marcan que el uso de dispositivos móviles y pantallas se ha incrementado de manera que muchos padres consideran que junto con el uso del chupete se debe ofrecer la posibilidad de un dispositivo móvil al pequeño. Esto no hace más que promover la formación de una generación de niños sedentarios y obesos en periodos de tiempo muy cortos, es decir antes de los 10 años ya será un niño obeso. El sedentarismo es la clave más importante que favorece hoy en día, la obesidad infantil, y los dispositivos móviles eliminan por completo el incentivo al juego y a jugar. En la actualidad un niño dedica entre 2 y 5 horas al día frente a las pantallas (TV, tablets, celulares etc.).

Debemos comprender que los niños tienen que jugar, y mejor si lo hacen en espacios libres ya que les permite experimentar con los sentidos, realizar actividad física y así ayudar a prevenir el sobrepeso y la obesidad infantil. Una de las mejores maneras de conseguir un peso saludable en un niño es mejorar los hábitos de ejercicio físico y la dieta de toda la familia.

Como podemos observar la obesidad infantil es un desafío complejo para lo cual es necesario entender que esta es una enfermedad silenciosa, y que como tal avanza a pasos agigantados en todo el mundo. Si no accionamos medidas inmediatas para detener su avance, las repercusiones para la salud de los niños estarán muy comprometidas a largo plazo, teniendo como resultado que las generaciones de niños que hoy nacen, vivan menos que sus padres, producto de esta epidemia mundial que es la obesidad infantil.

(*) Especialista en Nuevas Infancias y Juventudes. Licenciado en Relaciones Internacionales.

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