Cómo tiene que ser el desayuno ideal

Dicen que el desayuno es la comida más importante del día. Esto es porque el desayuno rompe con el ayuno nocturno, activa el metabolismo y aporta la energía necesaria para realizar las tareas de la mañana.

Eso no significa que haya que desayunar como un rey (como dice el refrán), ni que haya que hacer un desayuno distinto cada mañana. Se puede variar para no cansarse pero eso no es estrictamente necesario. De hecho, no es algo común que hagas, y tampoco lo hacen los expertos.

Blanca Nutri, Dietista Enfurecida, Blanca Robles, Sara Jiménez y Juan Llorca dan las nuevas normas básicas de nutrición con las que arranca cada jornada para el HuffPost Life.

El desayuno no tiene por qué ser en una sola comida
«El café lo bebo solo al levantarme, voy a entrenar y después tomo el resto». Así lo hace Dietista Enfurecida, que divide su desayuno en dos ingestas. Una parte bebida, apenas se levanta y otra en la que incluye el aporte sólido.

Es el mismo patrón que sigue Sara Jiménez, que necesita un café para activarse nada más al empezar el día. “Luego, a medida que van pasando las horas, una o dos, me hago el desayuno si es lo que me apetece”, explica.

Beatriz Robles es más clásica: hace una única ingesta —siempre la misma— y sí reconoce que después se toma varios cafés. “De hecho el café del desayuno es descafeinado para luego poderme tomar varios con cafeína a lo largo de la mañana”, comenta.

 

Tampoco hay que desayunar apenas nos levantamos
Que sea bueno desayunar antes de salir de casa no quiere decir que sea imprescindible. Dietista Enfurecida deja la parte más sólida (consistente) para después de entrenar, y Blanca Nutri directamente espera tres horas desde que se levanta.

“Me levanto a las 7 y a lo mejor desayuno a las 10. Primero porque no tengo hambre y segundo porque hago ayunos de unas 14 horas, a 16 no llego. El ayuno tiene unos beneficios como la autolimpieza intestinal de la digestión anterior. Esto no tiene por qué ser para todo el mundo, hay gente que no lo soporta, que le gusta desayunar nada más al levantarse, tampoco es problema”, apunta. “En mi caso yo me encuentro mucho mejor así”.

 

Nadie dijo que hubiese que variar de menú
“Yo soy clásica y cómoda. Pienso poco y cada día desayuno lo mismo”, confiesa Beatriz Robles. “Un descafeinado largo solo, dos o tres piezas de fruta de temporada y un yogur natural con frutos secos”, añade.

Lo mismo hace Blanca Nutri, que cambia como mucho un día a la semana: “Mi desayuno me encanta y no soy un persona que se cansa”.

La nutricionista Sara Jiménez, que sí varía su desayuno, asegura que desayuna lo que más le apetece ese día. “Hay días en los que sólo desayuno un café y hay días en los que me gusta desayunar algo más contundente. Para mí un desayuno riquísimo es un café con leche con una tostada con palta y un huevo revuelto. Según mi apetito y sobre todo mi tiempo en el trabajo hago una cosa u otra. Hay días incluso que no desayuno”.

 

¿Se puede no desayunar?
Efectivamente, no pasa nada si no se desayuna. “Quizás soy la nota discordante aquí porque no sigo lo que se tiene pensado y concebido como lo lógico y lo más sensato. Prácticamente ningún día desayuno”, confiesa el cocinero experto en nutrición Juan Llorca. “Y no confundamos esta afirmación con que me gusta hacer ayuno ni considere que es mejor o peor, simplemente no tengo costumbre. No me encuentro cómodo con el desayuno. Para mí no es ni la comida más importante del día, ni la que más disfruto”, añade.

Bien mirado el desayuno es la primera comida del día, la que rompe el ayuno de la noche, independientemente de la hora a la que se haga. “Puede ser a las 7, a las 8 o a las 12”, aclara Robles, que apunta que esa comida puede ser café con tostadas o también un plato de garbanzos.

Desayunar como un rey es un mito
Dietista Enfurecida no come mucho por las mañanas. Lo único sólido que ingiere después de entrenar es un trozo de queso, cinco o seis nueces y una banana. “Es que lo de ‘desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo’ es un mito”, insiste Beatriz Robles.

Según Robles, ya está comprobado que lo que hay que hacer es cubrir las necesidades nutricionales diarias a lo largo del día y no pasa nada por dejar las ingestas más fuertes para más tarde.

 

Los hidratos de carbono no tienen que ser en forma de pan
Confiesa Beatriz Robles que es “muy panera” pero que no come pan en el desayuno. “Las frutas son también una fuente de hidratos de carbono”, aclara. “Es que no hay un único hidrato de carbono válido”, apunta. “Lo importante es elegir el que sea saludable”.

Esto deja fuera a los productos ultraprocesados, que habría que evitar a toda costa. Dietista Enfurecida tiene un truco. “Las galletitas me encantan pero no las compro porque me vician muchísimo”, asegura. En su lugar consume hidratos de carbono en forma de “copos de avena o copos de maíz”.

 

Los cereales refinados deberían quedarse fuera
“Nunca incluyo cereales refinados, ni galletitas, cereales de caja azucarados, mermeladas con azúcar, ni jugos”, insiste Juan Llorca, que tiene claro que en los pocos días que desayuna no come alimentos procesados.

“Por desgracia, es de lo más recurrente y utilizado en el desayuno de los niños y niñas y realmente no les estamos aportando nada bueno y es la peor forma de empezar el día”, insiste. “Tampoco metería nada de fiambres, carnes procesadas, ni nada que se le parezca”.

Sara Jiménez insiste en que tampoco hay que prohibir: “Porque prohibir despierta el deseo, lo que tenemos que tener en casa son alimentos saludables para poder hacer un desayuno saludable. Si en casa tenemos productos de mala calidad, como snacks, terminaremos por comerlos”

El azúcar está permitido (pero hay que saber hacerlo)
“El inamovible en mi desayuno es mi café bombón con un poco de leche condensada”, confiesa Dietista Enfurecida. “Me encanta y como no quiero quitármelo para mí es más práctico pesarme 10 gramos de leche condensada, que es una miseria, pero tomarlo a diario”.

Para poder concederse este capricho diario lo que hace es no tomar nada más de azúcar a lo largo del día. “Equivale a 3 gramos de azúcar o sacarosa”, aclara.

 

Fruta y frutos secos
Si algo tienen en común los desayunos de Beatriz Robles, Blanca Nutri y Dietista Enfurecida son la fruta y los frutos secos. “Me encantan y dan mucha energía y saciedad. A la siguiente comida yo noto que voy más saciada y me gustan un montón”, reconoce sobre estos últimos Blanca Nutri, para quien que los frutos secos dan “energía y grasas buenas”.

Robles los incorpora cada mañana a su yogurt y Blanca Nutri los suma a desayuno diario: “Dos tostadas de quinoa, palta, anchoas, queso fresco de cabra y frutos secos, normalmente un variado con pipas de girasol, nueces y almendras. También un poco de chocolate 90% y una pieza de fruta de temporada”.

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