Cada vez más jóvenes están implicados en casos de ciberacoso a través de los medios digitales, debido al uso extensivo y al anonimato de la red. Descubre qué hacer ante el ciberbullying y cómo prevenirlo.
Seguramente habrás oído en los medios de comunicación cómo cada vez más jóvenes se ven implicados en casos de acoso a través de los medios digitales, debido al uso extensivo que se realiza, pero sobre todo al anonimato de la red.
Un problema cuyas repercusiones pueden ir desde una merma de la autoestima a un aumento del riesgo de depresión e incluso a de autolesiones e intentos de suicidio. Descubre todas las claves sobre qué es el ciberacoso, qué hacer cuando surge y cómo prevenirlo.
¿Qué es el ciberacoso o ciberbullying?
El término ciberacoso, también conocido como ciberbullying, es una extensión del acoso en los medios tecnológicos, por teléfono o por Internet, por el cual una persona (acosador) trata de minar y socavar la autoestima de otra (acosado o bullied), enviándole mensajes amenazantes, intimidatorios o chantajistas a través de servicios de correo electrónico o mensajería instantánea (tipo chat, WhatsApp o messenger), sms o las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, Snapchat…).
Antes de que se extendiese el uso de la tecnología, en el fenómeno de bullying o de acoso o maltrato emocional se producía un encuentro cara a cara entre el acosador y el acosado, acompañado de insultos, amenazadas y burlas, pudiendo además desembocar en la agresión física como modo de conseguir aquello que quería el acosador.
En los últimos años, y gracias a las campañas de sensibilización, especialmente en el ámbito escolar, dirigidas tanto a profesores como a padres, se ha ido reduciendo el número de casos de acoso directo. Sin embargo, se ha dado paso al nuevo fenómeno del ciberacoso, auspiciado por la generalización del empleo de dispositivos móviles y el uso de Internet, además de por la idea de anonimato en la red, lo que da al acosador cierta impunidad de su actos.
Algunos expertos distinguen entre ciberacoso y ciberbullying, siendo el primero aquel que se produce mediante el uso de nuevas tecnologías; restringiendo el término de ciberbullying únicamente a los casos en que el acoso se realice entre menores utilizando para ello los medios tecnológicos.
Es especialmente preocupante el creciente número de casos entre adolescentes. Por ejemplo en España, casi un tercio de los menores de 17 años afirma haber sufrido ciberacoso, e incluso el 19% reconoce haber insultado en la red, mientras que cerca de un 6% confiesa haber sufrido acoso en las redes sociales alguna vez, según un informe de Save the Children. En Latinoamérica, según datos de la UNESCO, más del 50% de los alumnos de primaria ha sido víctima de acoso escolar, un peligro que se potencia en la red.
Síntomas del ciberacoso o ciberbullying
Cuando se produce el ciberacoso se van a presentar una serie de síntomas que pueden dar pistas a sus familiares y profesores de que algo le está sucediendo al alumno, teniendo en cuenta que cuanto más tiempo esté expuesto al ciberbullying, más graves serán los síntomas, como estrés o ansiedad, acompañados de sentimientos de impotencia, ira, fatiga y desánimo generalizado.
Además de las consecuencias en la vida privada del acosado o bullied, se van a mostrar una serie de mermas en las relaciones sociales, tanto familiares como con los compañeros; igualmente el desempeño escolar va a reducirse debido a esta falta de interés y fatiga que le acompañan. Es precisamente esta repentina bajada del rendimiento lo que puede dar pistas a los padres o profesores sobre que algo no va bien.
Se va a producir un descenso en la autoestima de la persona, con sentimientos de indefensión y de culpa, al ver cómo se ataca a su vida íntima y personal, sin saber cómo ponerle freno; pudiendo generar cambios en la personalidad del acosado, apareciendo actitudes hostiles, suspicaces y hasta obsesivas.
Si se mantiene el ciberacoso en el tiempo, estos síntomas pueden traducirse en verdaderas enfermedades, ya sean físicas, debido a la somatización de la presión, la falta de sueño o dolores tensionales; e incluso psicológicas, causadas por episodios depresivos que pueden desencadenar en un Trastorno de Depresión Mayor o por la ansiedad, propiciando un trastorno por estrés postraumático.
¿Qué hacer cuando se detecta ciberacoso o ciberbullying?
Cuando uno mismo empieza a recibir amenazas o insultos a través de la red, o conoce a quien lo recibe, es importante que se le comunique a una persona que pueda poner freno a dicha situación, ya sea al profesor o a los padres, en caso de un menor. Éstos deberán adoptar las medidas oportunas que pueden ir desde la retirada del acceso a Internet al menor, como la denuncia pertinente ante los juzgados para que las autoridades adopten las medias oportunas.
Para ello cada país está desarrollando su propio plan de actuación ante los casos de ciberacoso o ciberbullying, donde se coordinan los cuerpos judiciales y policiales, identificando al agresor y adoptando primero medidas disuasorias, y en caso de no cesar el acoso, otras de tipo penal que pueden llevar incluso a la privación de libertad.
Pistas para detectar a tiempo el ciberacoso
Lo fundamental, es que se detecte lo más pronto posible, pues los efectos que va a tener sobre el acosado van a ser menores, y el proceso de recuperación será más rápido y efectivo, ya que se habrá evitado con ello la aparición de síntomas crónicos que desencadenen en trastornos psicológicos, más difíciles de superar.
Un comportamiento esquivo y errático, problemas en la conciliación del sueño o exceso de cansancio, pueden ser los primeros síntomas más evidentes que pueden ayudar a los padres a detectar el ciberacoso. Con posterioridad se irán produciendo poco a poco conductas introvertidas, el aislamiento social y la reducción del rendimiento, que deben de ser pistas para los profesores de que su alumno está teniendo un problema.
Cómo recuperarse tras sufrir ciberacoso o ciberbullying
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Las víctimas del ciberacoso o ciberbullying, una vez que ha cesado éste, deben de aprender poco a poco a recuperar su autoestima así como la confianza en las relaciones interpersonales, antes de volver a la vida que llevaba. Se trata de un proceso lento, que dependerá mucho del tiempo en que ha estado expuesto al acoso y de la merma que ha producido en su personalidad.
Será preciso en todo caso que la víctima del ciberacoso esté acompañada en este proceso de reestructuración de su vida por un psicólogo, que le enseñará y ayudará a enfrentarse a situaciones de estrés, a la vez que trabaja para reforzar su autoestima, buscando además la rehabilitación de las relaciones sociales, así como volver a recuperar un normal desempeño en sus tares académicas, para lo cual se utilizarán una serie de técnicas como:
Entrenamiento en inoculación de estrés.
Terapia congnitivo-conductual.
Terapia ocupacional.
Igualmente el tratamiento puede implicar el uso de psicofármacos para tratar los trastornos que pudieran haber surgido por el ciberacoso, con el objetivo de reducir sus síntomas, empleando para ello antidepresivos o ansiolíticos según sea el caso, reduciendo su dosis a medida que la persona va recuperando el control de su vida y de sus sentimientos, volviendo a llevar una rutina lo más normal posible.
A continuación te planteamos algunos consejos a seguir para prevenir el ciberacoso o ciberbullying y los efectos negativos que puede conllevar sufrirlo:
Es importante que te comuniques con aquellas personas que conozcas, y que restringas a ella el acceso a tu información personal.
No aceptes invitaciones por Internet de personas desconocidas o bloquea el acceso a aquellas que no te interesen.
Ten cuidado con los mensajes, fotografías, videos o información personal (direcciones, teléfono…) que publiques y con quién la compartas, ya que podría ser utilizada por terceros en tu contra.
Si empiezas a recibir mensajes insultantes o que te molesten en su contenido, corta toda comunicación con esa persona, e informa de ello a la autoridad competente.
Guarda los mensajes inadecuados para poderlos poner a disposición de la autoridad competente para que actúe si así lo considera oportuno.
Igualmente, si ves que es otra persona o compañero el que está sufriendo el ciberacoso no participes de él ni cierres los ojos, avisa a tus padres o profesores para frenar el sufrimiento del bullied o acosado.
No te fíes de los regalos o propuestas sospechosas de desconocidos, ni conciertes citas con desconocidos.
No le sigas el juego al acosador. Si te sientes presionado o insultado por alguien no devuelvas el golpe o le insultes tú, porque sólo conseguirás alargar el acoso o hacerlo más violento aún.
Trata con personas que puedan estar preparadas, ya sea por su edad o por su profesión sobre el asunto, para que te dé indicaciones claras sobre los pasos a seguir para frenar el ciberacoso.
Sigue las orientaciones recibidas por ese experto, y suprime de tu red de contactos a quien no te interese mantener.
También puede ser útil informar a los proveedores de servicios a través de los cuales se haya sufrido el ciberbullying (compañía de Internet, canal de chat, Facebook, Tuenti, etcétera) de las actuaciones o mensajes inadecuados para que veten dichos contenidos o al usuario acosador si lo consideran oportuno.
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